Los txikiteros bilbainos volvieron ayer, festividad de la Virgen de Begoña, a celebrar la fiesta que fue instituida en 1964 con el fin de reivindicar la conservación de la costumbre del txikiteo como una forma de relación cívica con la que garantizar la pervivencia de la colectividad y la integración social.

Miles de personas se congregaron, a las 20.00, frente a la hornacina de la Amatxu, en el edificio de La Bolsa, en pleno corazón del Casco Viejo, para asistir al popular canto de la ``Salve de los txikiteros''. Entre los asistentes, estuvieron los galardonados con los Txikitos de Honor de 2007, la cantante Amaya Uranga y responsables de Metro Bilbao. Después, en muchas tabernas, se obsequió a la clientela con pinchos.

Por la mañana, tras la ofrenda de flores a la Amatxu, el Gremio de Pastelería de Bizkaia también ofreció porciones de Tarta de Begoña a todas aquellas personas que llevaron su ramito de flores. Antes, Lejarraga Petiso cantó a capela la versión en euskara del ``Ave María'', de Gounod ante dos centenares de personas que se dieron cita en este acto muy tradicional en la villa.