En respuesta a las últimas actuaciones policiales y políticas contra la izquierda abertzale, ayer miles de personas se movilizaron contra la represión y en favor de un marco democrático.

Si el día anterior la noticia era la prohibición por parte de la Delegación del Gobierno español en Nafarroa de las concentraciones convocadas por LAB, ayer la actuación de la Ertzaintza en el campus de la UPV en Donostia dejó claro que, a pesar de los discursos de los responsables de las diferentes polícias, no existen diferencias sustanciales entre unas y otras.

Más allá de declaraciones altisonantes y de planteamientos parciales disfrazados de equidistancia, la actuación de la Ertzaintza en la universidad deja en evidencia que sus responsables políticos no consideran la encarcelación de la Mesa Nacional de Batasuna un hecho lo sufientemente grave como para dejar que así se manifieste en la calle. No para que se manifiesten ellos -visto lo visto sería mucho pedir-, sino para que la ciudadanía pueda reivindicar libremente democracia.

La actuación de los miembros de las diferentes policías ayer ofrece, al tiempo, una imagen nítida del escenario que ha planteado el Gobierno español para los próximos meses. La actuación de la Ertzaintza hace pensar que Lakua está dispuesto a plegarse a la receta represiva.