Candidato al Oscar al mejor corto en 2005, Vigalondo ha presentado en la sección competitiva de Sitges su primer largo- metraje, «una pequeña tragedia, una tragedia portátil de tres personajes», según explicó el propio cineasta.

Presente en todas las secuencias de la película, Karra Elejalde recrea al protagonista del filme en situaciones de «voyeur» con prismáticos, pero también de gafe o de tontorrón.

Elejalde es Héctor, un hombre tranquilo que descubre con sus prismáticos desde su casa a una joven desnudándose en el bosque e intenta encontrarla cuando se ha ido su mujer, pero un individuo desconocido con la cara vendada le ataca por la espalda con unas tijeras y le hiere en un brazo. En su huida desesperada, alcanza una gran casa que resulta ser un complejo científico perdido en el bosque en donde una máquina le transporta al pasado en poco menos de una hora y a partir de ese momento Héctor se encuentra inmerso en una especie de espejo de su persona que va viviendo lo que ya le había ocurrido antes.

Así, Elejalde es Héctor, pero también Héctor 2 e incluso Héctor 3, un personaje que «lo único que intenta es hurtar al destino para volver a su monotonía habitual», dijo el actor.

Vigalongo aparece también en su película como actor en el personaje de un científico que aprovecha el fin de semana de fiesta de un laboratorio perdido en el bosque para hacer sus experimentos en una máquina del tiempo.

«El cine, casi mi mejor juguete»

Con su aparición, Vigalongo sigue la tónica de actuar en sus cortos, porque «el cine es casi el mejor juguete que puedo tener en mis manos y quiero seguir con esa inocencia».

Vigalondo le habla a Elejalde en la película «casi como director», es como «si la frontera entre director y actor se hubiera esfumado, como si le contara la película» dentro de ella.

Película «extenuante e intensa», de bajo presupuesto y con tres actores además del director: Elejalde, Barbara Goenaga y Candela Fernández, que podría muy bien haber sido un corto, ya que las escenas se repiten un poco machaconamente.

En la película «Los cronocrímenes», Elejalde, en uno de sus diferentes yo, aparece vestido con un abrigo largo negro con la cabeza envuelta en una venda blanca que se ha teñido con su sangre y que parece una máscara rosa, como una momia rosa, el misterioso personaje asesino tijeras en mano.