Frankfurt: Una feria entre libros, negocios varios y polémicas
Mañana la Feria Internacional del Libro de Frankfurt va a cerrar sus puertas tras cinco agotadores días tanto para los visitantes como para los representantes de las editoriales. Este año la exhibición no ha estado libre de polémicas por la presencia de Catalunya como invitada de honor. Se le achacó la discriminación de autores catalanes que publican en castellano. Quizás ha sido un preludio para que el país invitado para 2008, Turquía, tenga menos problemas.
Ingo NIEBEL | FRANKFURT
La Feria Internacional de Libro ha vuelto a superar sus récords. El número de editoriales ha subido de 7.272 (2006) a 7.448 (2007), el número de los títulos expuesto ha aumentado de 382.466 a 391.652 y el de las nuevas publicaciones de 111.913 a 121.267. Sólo el número de países representados ha disminuido de 113 a 108.
El recinto ferial está compuesto por varios pabellones, cada uno cuenta con dos pisos por lo menos, algunos incluso con tres. El tamaño de cada piso es el de un campo de fútbol.
El trabajo de la Feria no se limita a organizar cada año la exposición en Frankfurt, ya que colabora también en la realización de 25 ferias internacionales en todo el mundo. Ante este fondo se explica por qué Alemania es el país con el mayor contingente de expositores: 3.358. Le siguen Gran Bretaña, EEUU y el Estado español con 816, 653 y 383 editoriales, respectivamente. El estado francés ha reunido sólo 181 expositores. Durante la Feria se realizan varias actividades: en primer lugar está la comercial. Ésta tiene lugar dentro del recinto que en los días laborales sólo permite el acceso de los visitantes profesionales y de periodistas. Ellos centran su labor en el cierre de contratos acordados anteriormente, en la presentación de nuevas obras y autores, además de dar información que no sólo se refiere al mundo del libro, sino también a los nuevos medios. Un papel cada vez más importante juegan los libros-audio, y en especial la digitalización. Según una encuesta realizada por los organizadores de la Feria, el sector considera como los cuatro mayores peligros la competencia de otros medios y ofertas de entretenimiento; la sobreproducción de libros; el aumento de la piratería; y el analfabetismo tanto en los países en desarrollo como también en la Europa occidental. Preguntados por los mercados del futuro, el 36% de los encuestados respondió Europa, el 32% América del Norte y el 29% China.
Al margen de los negocios que se han podido firmar en Frankfurt a nivel internacional, sigue la concentración de los grandes monopolios. La editorial británica Pearson y la estadounidense Houghton Mifflin Riverdeep, compraron el grupo Harcourt pagando 950 millones de dólares y 4 mil millones, respectivamente. Con esta adquisición Pearson se convertirá en la empresa líder que actualmente obtiene unos beneficios calculados en 7,3 mil millones de dólares. Houghton a su vez factura 1,4 mil millones de dólares y se ha posicionado como una de las principales editoriales de EEUU en el sector de la educación. Con la compra de las acciones de Harcourt, Houghton lidera el mercado estadounidense.
También la editorial alemana Wolters Kluwer, especializada en literatura jurídica y fiscal, ha vendido la rama de la educación. Lo mismo ha hecho la canadiense Thomson Corporation. En ambos casos los compradores no han sido otras empresas mediáticas, sino dos fondos de inversión. Éstos últimos apuestan por lo general por unos beneficios que se han de dar dentro de un plazo de siete años.
En el caso de la editorial alemana, fue el fondo Bridgepoint Capital quien pagó mil millones de dólares, mientras que la estadounidense Apax Partners adquirió la división educacional de la empresa canadiense junto con el fondo de pensiones OMERS, de la misma nacionalidad. En algunos años se verá qué consecuencia trae la presencia de dichos fondos de inversión en el sector de la literatura de educación.
El mercado del libro impone asimismo, que a lo largo de los años, los libros se hagan viejos y que pasen de las librerías a los anticuarios. Éste es otro punto importante que tienen en cuenta los organizadores de la Feria. Coleccionistas, libreros y aficionados procedentes de 95 países presentan obras hechas durante los últimos cinco siglos.
Entre las ofertas se halla la primera edición del libro infantil «Bambi», publicada en 1928. Su precio es de 675 euros. Por 1.100 euros se puede comprar una carta escrita a máquina y firmada por el premio de literatura alemán Thomas Mann. La obra más cara sin embargo, es un pergamino escrito a mano en 1470 por el cual se pide nada menos que 220.000 euros. Un precio que incluso hoy en día pocos autores pueden cobrar de sus editores.
Una de las joyas que se halla en el mercado de las antigüedades es la enciclopedia de los iluminados Diderot y d'Alembert, prohibida en 1759 por el fiscal general francés e incluida en el índice de los libros prohibidos por el papa Clemente XIII. En Frankfurt se presentará la primera edición que cambiará de dueño si el comprador está dispuesto a poner 75.000 euros sobre la mesa.
Otra preciosidad es el mapa mundi de Apianus, que durante 400 años fue considerado como el primer mapa que denominó como América el continente descubierto y conquistado por los europeos. Ahora se sabe que hay menciones anteriores al mapa de Apianus, hecho en 1520. La tienda de antigüedades estadounidense 19th Century Shop ha decidido vender la obra en Frankfurt por nada menos de 90.000 euros.
Catalunya, invitada de honor
Al margen de los múltiples negocios realizados en esta Feria, la exposición no ha estado libre de polémicas. El origen de la polémica sin embargo, no radica en que el país invitado de este año halla sido Catalunya, sino en que el Estado español aún no ha encontrado la manera adecuada de convivir con las culturas diferentes a la castellana que existen en el territorio del Reino borbónico.
Desde la Península se trasladó hasta Frankfurt la discusión sobre la supuesta discriminación de los autores catalanes que escriben en castellano. El director de la Feria, Juergen Boos, se hizo eco del debate, criticando a los organizadores catalanes por ello. Para difundir sus críticas eligió la inauguración y la conferencia que la acompañaba. «Hay que ser muy tonto o muy malo para cometer este fallo de protocolo», comentó un editor respecto a este comportamiento. Hay que imaginarse además, las presiones que Boos habrá recibido para hacer estas declaraciones. La cuestión que mueve a muchos de los editores que publican en las denominadas lenguas minoritarias, es si en adelante este tipo de experimentos van a tener cabida en Frankfurt.
De cara al 2008 el panorama no va a ser menos espinoso para los organizadores: el invitado de honor será Turquía. El Estado turco intenta integrarse en la Unión Europea bajo fuertes polémicas y en contra de los Gobiernos alemán y francés. A la vez, niega el genocidio de los armenios y sigue reprimiendo a los curdos en su territorio.
Si no cambia la coyuntura, la Feria del 2008 va a ser aún más agitada que la actual.
Mientras que miles de ciudadanos vascos reclamaban ayer en Euskal Herria la independencia, un calendario laboral propio y la salida de la Falange, en la Feria Internacional de Libro de Frankfurt se mostró el arte de cómo se puede puentear el 12 de octubre de una manera sencilla. Era la una de la tarde cuando la editorial alemana Pahl-Rugenstein (PRV) de Bonn presentó los primeros libros que han salido en su serie «Zubiak», pasando por encima de la nueva ola de españolismo que está sacudiendo a la sociedad vasca. El editor Arnold Bruns dio a conocer a la opinión pública que se ha traducido directamente del euskera al alemán tres obras de autores vascos. Las dos que han salido en su editorial son «Koadernoa gorria» de Arantxa Urretabizkaia y «Kilkerren hotsak» de Edorta Jimenez. La traducción corrió a cargo de Jürgen Wolff y del dúo formado por Petra Elser y Christiane Brendel, respectivamente. En otra editorial se publica la novela «Lagun izoztua» de Joseba Sarrionandia. La traducción de esta obra la realizaron Raúl Zelik y Petra Elser. Sarrionandia era el único de los autores vascos que no pudo asistir al acto. «No queremos correr el riesgo de que la txakurrada alemana le detenga aquí», explicó Bruns respecto a la ausencia del autor, quien desde 1985 escribe desde la clandestinidad. Las traducciones fueron patrocinadas por el Departamento de Cultura del Gobierno de Gasteiz. A la noche se presentó las obras de «Zubiak» a un público más amplío dentro de un acto cultural en un bar de Frankfurt.
I. N.
Coleccionistas, libreros y aficionados presentan durante la Feria trabajos realizados durante los últimos cinco siglos. Destacan en este apartado la primera edición del libro infantil «Bambi» o un pergamino escrito a mano en el año 1470.