José Luis Rodríguez Zapatero intentó justificar el proceder de su Gobierno en todos estos meses, y para ello incluso llegó a decir que «el 99,9% de los vascos» piensa que hizo «una gran esfuerzo» para lograr la paz. Lo hizo cuando fue preguntado por los periodistas, en la recepción ofrecida por los reyes españoles con motivo de la celebración del 12-O, por las declaraciones de Pernando Barrena en la entrevista publicada ayer por GARA en las que acusaba al Gobierno español de «abandonar la mesa de negociación en mayo jurando que se la iba a hacer pagar a la izquierda abertzale».

El presidente, quien agregó que tanto la ciudadanía de Euskal Herria como la del Estado español «saben muy bien» que el Ejecutivo hizo «un enorme esfuerzo de diálogo» para intentar poner fin «a más de 30 años de violencia», cargó acto seguido contra la izquierda abertzale, de la que indicó que «sólo es capaz de hacer violencia y profundamente incapaz de hacer política, de utilizar el diálogo, de poner la palabra por delante, las ideas democráticas y la razón».

«Falta perspectiva»

Eso es, a su entender, «lo único evidente» en estos momentos. «Tan evidente como que quien atentó en Barajas y rompió el alto el fuego fue ETA», añadió. Esa lectura le llevó a afirmar que la izquierda abertzale «no tiene ningún futuro».

Tal como hizo 24 horas después del atentado de Bilbo, hizo hincapié en que «el Estado democrático, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la Justicia y la cooperación internacional están fuertes» para hacer frente a ETA, y manifestó que aún «falta perspectiva» para ver los efectos de l proceso de negociación, su ruptura y la apertura de todos los frentes por parte de la organización armada. Se limitó a señalar que «a día de hoy no podemos objetivamente hacer una valoración de futuro», que debe ser «muy prudente» y que «la única etapa que cabe ahora es aquella en la que la banda terrorista abandone las armas».

Respecto a la petición del PP de revocar la resolución del Congreso que permitía el diálogo con ETA, consideró que esa demanda «no aporta nada» y que es «un nuevo intento» impulsado desde las filas del partido de Mariano Rajoy de «abrir un debate y discutir sobre lo que estamos de acuerdo».