La Presidencia de Kurdistán Sur advirtió ayer contra toda intervención extranjera en su territorio con la excusa de una ofensiva contra la guerrilla del PKK.

«Advertimos a todos los protagonistas que si atacan nuestra tierra, con un pretexto u otro, estamos totalmente determinados a defender nuestra experiencia democrática, la identidad de nuestro pueblo y la integridad de nuestro territorio», anunció la oficina del presidente Massud Barzani, actual representante de una larga dinastía de líderes que han luchado por la soberanía kurda.

Turquía no es la única destinataria de esta advertencia. Y es que el jefe del Pentágono, Robert Gates, adelantó a última hora del jueves que el Ejército ocupante y sus colaboradores iraquíes podrían actuar contra la guerrilla kurda.

«Yo creo que si disponemos de informaciones precisas, estaríamos preparados junto a los iraquíes para hacer lo que conviene». Más aún, el secretario de Defensa añadió que «si tuviéramos informaciones sobre los rebeldes kurdos en Turquía, nosotros las transmitiríamos».

El viceprimer ministro turco, Cemil Ciçek, rechazó la oferta del Gobierno de Kurdistán Sur de negociaciones bilaterales para resolver la cuestión. «No hablamos con los grupos kurdos de Irak. Nuestro interlocutor es el Gobierno iraquí», aseguró, para reiterar que «el norte de Irak (sic) forma parte de Irak».

«De una vez por todas»

El primer ministro turco, Recept Tayip Erdogan, tomó la palabra a Bagdad y a su compromiso de de luchar contra el PKK. «Lo que deben hacer es terminar de una vez por todas con los campamentos del PKK, aseguró.

Erdogan exigió asimismo que Bagdad le entregue a los líderes de la guerrilla.