Dos agentes de la Policía española tuvieron que sentarse ayer en el banquillo de los imputados acusados de torturar a Maite Orue.

Esta vecina de Gernika fue detenida en julio del 2005 y tras pasar cuatro días incomunicada en manos de la Policía española, denunció haber sufrido torturas.

Desde entonces, el Juzgado de Instrucciones número 30 de Madrid, responsable del caso, ha intentado archivar en dos ocasiones esta causa. No obstante, los letrados de TAT interpusieron sendos recursos de apelación logrando reabrir el caso y obligando al Juzgado a realizar más pruebas.

La de ayer era la segunda citación que recibían estos agentes, ya que en setiembre no acudieron a la cita.

Desde TAT informaron que uno de los agentes «mintió en torno al trato dado a Orue», mientras que el otro Policía español no ha querido identificarse ante el juez.