Daniel Buren: «El puente de La Salve ha molestado a Gehry»
La obra «Arcos rojos», instalada sobre el puente de La Salve, quedó ayer oficialmente inaugurada con un espectáculo pirotécnico. Su autor, el francés Daniel Buren, explicó que ha querido acentuar la idea de puerta de entrada a la ciudad. Las celebraciones por el décimo aniversario del Museo Guggenheim continúan hoy y mañana, con la apertura de puertas gratis.
Karolina ALMAGIA | BILBO
El Museo Guggenheim Bilbao, inmerso en las celebraciones de su décimo aniversario, inauguró ayer la intervención artística sobre el Puente de La Salve, «Arcos rojos» con un espectáculo de luz, color y sonido.
Diez años después, ayer se hacía realidad un viejo deseo de Thomas Krens, director de la Solomon R. Guggenheim Foundation, al que siempre molestó la estética del puente colindante. Pese a que Frank Gehry consiguió con su genio integrar el museo gracias al colosal volumen que se desliza bajo el puente y a la torre de piedra que se eleva en su extremo, Krens siempre tuvo la idea de intervenir sobre esta obra de ingeniería, según relató ayer Daniel Buren. «Hace diez años, cuando asistí a la inauguración del Museo, Thomas Krens me preguntó si yo podría realizar algo para La Salve. Estuve estudiándolo y le envié un proyecto. Pasaron los años y no tuve noticias. Pensé que no les había gustado. Hasta que recibí la invitación para participar en un concurso para transformar el puente».
Buren se presentó al concurso restringido junto a los artistas Liam Gillick y Jenny Holzer. Un comité de selección eligió la obra del artista francés, que también fue votada por el público tras la exposición de las tres maquetas. La pieza es la misma que inicialmente Buren ofreció a Krens, con algunas modificaciones. Su intervención se centra en la transformación del arco de acero del puente, que cubre con una «piel» de formica roja. «El reto era hacer algo tan cerca del Museo, un edificio que ya es una obra de arte. Yo creo que el Puente de la Salve ha molestado siempre a Gehry. He intentado dar un carácter a un puente que no tiene la belleza que tienen otros. La forma de H ya existía, lo que yo he hecho es acentuar la idea de puerta por la que se entra y sale de la ciudad». Los medios círculos que forman esta intervención «no podían debilitar ni ser ridiculizados por la obra de Gehry», añadió el artista, recién llegado de Japón, donde ha recibido el prestigioso galardón Praemium Imperiale.
Buren eligió el rojo para su obra, color que Gehry había descartado, por estridente, para el edificio de oficinas. «Creo que el rojo puede jugar muy bien con el dorado y el plateado que el museo tiene según la luz. Además, contrasta bien con el verde de la montaña».
Para las horas nocturnas, se ha instalado un juego de luces variable. «Con él los laterales del arco pasan a ser tan visibles como las fachadas -explicó Buren-. El diseño de luces juega con el reflejo en la Ría. Por ejemplo, en marea alta el arco formará un círculo completo. Además, el juego de luces puede cambiar en acontecimientos especiales como las fiestas».