Liga Asobal
Un Arrate en racha dispara las alarmas en el Valladolid
El equipo eibartarra logra su cuarta victoria tras un partido muy disputado en el que Dalibor Cutura le dio la victoria prácticamente sobre la bocina
GARA | EIBAR
El Arrate prosigue su racha imparable con una cuarta victoria contra pronóstico sobre el Valladolid, que puede disparar las alarmas en este equipo, derrotado en sus dos últimos desplazamientos frente a rivales de menor potencial sobre el papel.
Dalibor Cutura, prácticamente sobre la bocina, sentenciaba un partido muy disputado y de cortas rentas para ambos contendientes, pero que se decantó al final del lado guipuzcoano por su mayor fe en la victoria.
La igualdad se rompió en el minuto 9 (7-5), pero de inmediato los de Juan Carlos Pastor se serenaron en ataque y un parcial de 0-4 en apenas tres minutos les colocaba por delante 7-9.
Rentero, de penalti, colocaba el 9-13 en el minuto 20 que suponía la máxima renta visitante, repetida en el 25 tras un tanto de Perales (10-14), aunque cinco últimos minutos de pundonor local, además de la exclusión de Muratovic, posibilitaba un parcial de 4-1 que minimizaba la diferencia en el marcador (14-15), con dos últimos goles de Berrios. Tras el descanso Muratovic siguió siendo el sostén atacante del Valladolid (19-21, 39 minutos), pero según avanzaba el encuentro el Arrate mejoró en su rendimiento, coincidiendo con el resurgir del polaco Jurkiewicz (26-25). La exclusión de Carou no la desaprovechó el cuadro visitante para retomar la delantera en el electrónico (26-27, minuto 55), pero de nuevo con los siete jugadores sobre la cancha el Arrate se fue a por el partido y se entraba en el último minuto con un 28-28.
Kobine marcó con uno de sus poderosos lanzamientos, Perales replicó en una acción de inusitada rapidez y, con treinta segundos por delante, el cuadro vasco se preparó para aprovechar la última posesión. El Valladolid se aplicó en defensa, pero Prieto lo hizo de forma severa sobre Ivo Díaz y le costó la exclusión, a falta de tan sólo seis segundos, tiempo suficiente para que Carou le entregara el balón a Dalibor y para que el serbio se inventara un espacio inexistente para penetrar hasta los seis metros y anotar en el último suspiro el gol que dejaba los puntos en Eibar.