Jakiunde se constituyó ayer en el Palacio Foral de Donostia, con la institución de 26 académicos, personas consideradas referentes en los ámbitos de las ciencias, las artes y las letras en Hego Euskal Herria.

Junto al lehendakari, Juan José Ibarretxe, en el acto participaron el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano y el presidente de Eusko Ikaskuntza, Xabier Retegi, mientras que no acudió, en contra de lo que estaba previsto, el consejero de Educación del Gobierno de Navarra, Carlos Pérez-Nievas.

Además de Pedro Miguel Etxenike, primer presidente de la nueva Academia, forman parte de la misma como miembros electos personas como el director de fotografía Javier Agirresarobe, el antropólogo Jesús Altuna, la soprano María Bayo, el escritor Bernardo Atxaga, el arquitecto Rafael Moneo, el filósofo Javier Echeverría, el físico Javier Colmenero, el cineasta Montxo Armendariz, la economista Mari Carmen Gallastegi o el catedrático Gurutz Jauregui, entre otros.

Junto a estos 26 miembros electos, son miembros natos de Jakiunde el presidente de Eusko Ikaskuntza y los rectores en activo de las universidades de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa que deseen participar en la actividad de la nueva academia.

Después de que Ibarretxe colocara a Pedro Miguel Etxenike la medalla acreditativa de su condición de académico, el presidente de Jakiunde pronunció un discurso en el que destacó que una institución como ésta debe ser «ejemplar en su composición» y tiene que ser «capaz de servir de guía, de ser útil con rigor y conocimiento a la sociedad» y de «contribuir con sus acciones y consejos a encontrar caminos adecuados en un entorno complejo ausente de referencias seguras».

El primer presidente de Jakiunde proclamó que la nueva academia «sólo tiene sentido si se encuentra plenamente al servicio del país» y dio algunas de las claves que servirán de guía de esta nueva entidad, al adelantar que reflexionará sobre «los grandes y nuevos retos (culturales, educativos, investigadores) de la comunidad científica y artística de la sociedad en general, garantizando la información al máximo nivel del conocimiento».

Papel como institución

También defendió Etxenike el papel de la nueva academia como institución que «asesore y vele» por la calidad de la ejecución de propuestas y proyectos planteados por las instituciones públicas y por las entidades privadas interesadas, para favorecer «la adopción de las decisiones más acertadas».

En un tono más coloquial, el presidente de Jakiunde manifestó que ve a la academia «como una centrifugadora de excelencia, tanto en la forma de hacer las cosas como en la comunicación a la sociedad, de los avances del saber en todos los campos ayudando a que la sociedad esté mejor informada y, sea por lo tanto, más libre».

También intervino en el acto constitutivo el presidente de Eusko Ikaskuntza, Xabier Retegui, quien explicó, por su parte, que la elección del presidente de Jakiunde en este periodo constituyente le ha correspondido a él, para lo que consultó con todos los miembros electos, quienes unánimemente aconsejaron que la responsabilidad recayera en Etxenike, quien para ello ha tenido que aparcar temporalmente otros proyectos.

Cerró el acto celebrado en Donostia el lehendakari, quien insistió en que el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación «constituyen un eje fundamental» de la acción de su gobierno. «Sólo un proyecto que descanse en la cultura, en la ciencia, en la tecnología en la innovación nos garantiza políticamente personalidad y económicamente desarrollo humano y sostenible», destacó asimismo en su intervención el jefe del Ejecutivo de Lakua.

Juan José Ibarretxe se dirigió también durante su alocución a los académicos de Jakiunde presentes en el acto de ayer, para asegurar que constituyen, desde este momento, «un referente para el pueblo vasco» y una referencia «consultiva» para las instituciones.