El presidente francés, Nicolas Sarkozy, señaló ayer que tratará «de alcanzar un acuerdo» para que, en la crisis de L'Arche de Zoé -la ONG acusada de «secuestrar a 103 niños» en Chad- «nadie salga perjudicado».

«Vamos a intentar llegar a acuerdos para que en este asunto nadie salga perjudicado y para que se sepa exactamente la verdad. Hay que saber por qué (L'Arche de Zoé) quería rescatar a estos niños y con qué objetivo», señaló Sarkozy durante una visita a Corsica.

Mientras, el ministro chadiano de Justicia, Albert Pahimi Padacké, confirmó que la inculpación de los 16 ciudadanos europeos detenidos en Abéché, desmintiendo las informaciones del Ministerio francés de Exteriores en el sentido de que la Justicia chadiana no había adoptado aún ninguna decisión en este sentido.

Precisamente, el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, destacó desde Bangkok que «en la cuestión de la ayuda humanitaria no se puede actuar sin ninguna clase de reglas en un país extranjero». Paradójicamente, Kouchner es uno de los ideólogos del concepto de «injerencia humanitaria» para atender a los desfavorecidos.

Un asesor de Kouchner, Eric Chevalier, insistió en que los 103 menores que L'Arche de Zoé pretendía sacar de Chad «son en su mayoría chadianos con padres chadianos y no huérfanos de Darfur».

20 años de trabajos forzados

Por otra parte, el fiscal de Abéché, Ahmat Daoud, señaló en declaraciones a la emisora France Inter que el castigo que se podría imponer a todos los detenidos, tanto a los acusados del «secuestro» como a quienes se les imputa «complicidad» podría ser «de cinco a 20 años de trabajos forzados».

Asimismo, la Comisión Europea se sumó ayer a las críticas contra L'Arche de Zoé, destacando que esta ONG «nunca ha participado en proyectos financiados por la UE».

«Este es un incidente aislado, resultado de una conducta irresponsable», afirmó el portavoz de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, que subrayó que «trabajamos en el Chad desde hace mucho tiempo, con ONG profesionales».