El primer encuentro de las negociaciones entre las delegaciones turca e iraquí sobre la seguridad de la frontera que divide Kurdistán Norte y Sur tuvo lugar la pasada semana en Ankara, sin que se produjeran progresos en torno a la presencia de guerrilleros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en el Sur del país. «El fracaso de la reunión se debe a la actitud intransigente de los generales turcos, que consideran que perderán su prestigio si se entrevistan con representantes de Kurdistán», afirmó a France Presse Kamel Chaker, líder del Partido Comunista de Kurdistán Sur.

En Ankara, los militares turcos se negaron a recibir a dos representantes kurdos de la delegación iraquí. «Los militares son inflexibles -añadió Chaker-, no quieren entrevistarse con representantes de Kurdistán, ni dialogar con el presidente Massoud Barzani, ni se proponen hablar de Kurdistán».

Pero, además, Chaker mencionó como un segundo obstáculo el despliegue de los peshmergas en la frontera que divide el Norte y el Sur de Kurdistán. Al parecer, según el analista Azad Aslam, los turcos rechazaron que en el control de la frontera participaran también fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses. En su opinión, la solicitud de los turcos de cerrar las bases del PKK en Kurdistán Sur y detener y entregar a sus líderes hizo fracasar las negociaciones. Añadió que «los militares turcos no quieren un diálogo político, sino más tensión para asentar su poder utilizando al PKK como pretexto».

Medidas «urgentes»

Mientras el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshiyar Zibari, reiteró ayer el deseo de su país de superar por la vía diplomática la crisis con Turquía, el Gobierno de Ankara reclamó a EEUU medidas «urgentes» para luchar contra el PKK.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que «esperamos medidas concretas por parte de EEUU, que es nuestro socio estratégico y parte responsable de los temas que afectan a Irak» y advirtió de que Turquía ha perdido la «paciencia» y adoptará «pasos decididos» para erradicar el «terrorismo». Erdogan aseguró que no enviará más tropas a Kurdistán Sur hasta haber agotado antes todas las vías diplomáticas.

De este modo, rebajó el tono de sus amenazas de intervención, aunque Turquía continuó bombardeando supuestas posiciones insurgentes en Kurdistán Sur, especialmente en la frontera que divide el país.