Las autoridades de Emiratos Árabes Unidos a llevado a la práctica sus amenazas y ayer preparaban la expulsión de 4.000 trabajadores extranjeros acusados de cometer «actos de vandalismo» durante una movilización el sábado en Dubai.

Un responsable del Ministerio de Trabajo citado por el diario «Emarat Al Youm» explicó que el Gobierno decidió proceder a la expulsión de esos cuatro mil obreros que el sábado «se pusieron en huelga y cometieron actos de vandalismo», pero no se ha proporcionado el menor detalle sobre la fecha en que comenzarán las expulsiones ni sobre la nacionalidad de los trabajadores afectados.

El 95% de la mano de obra de Emiratos Árabes Unidos, donde sólo el 20% de sus 4 millones de habitantes es autóctono, es extranjera, mayoritariamente asiática.

Los primeros movimientos sociales aparecieron hace dos años en un lugar donde, como en otras partes del Golfo, el derecho a la huelga y a manifestarse están prohibidos. Según la prensa local, los afectados pedían un aumento de sus salarios, que oscilan entre 146 y 272 dólares mensuales, más autobuses para volver del trabajo y una mejora en sus condiciones de alojamiento.