REBELIÓN | Salim Lamrani 2007/10/31
Las nuevas amenazas de Bush a Cuba
El 24 de octubre de 2007 en la sede del Departamento de Estado en Washington, el presidente George W. Bush pronunció un largo discurso de una virulencia extrema contra el gobierno de La Habana. (...)
Bush exhortó la comunidad internacional a que se uniera a su política irracional e ineficaz y a que aplicara sanciones a Cuba. Citó como ejemplo las naciones europeas que siguen dócilmente las directrices de Washington, a saber República Checa, Hungría y Polonia, que no vacilan en entrometerse en los asuntos internos cubanos y fomentar la subversión.
(...) Finalmente aprovechó la ocasión para dirigirse a los «cubanos que lo estaban escuchando -quizás corriendo grandes riesgos»- a través de Radio y TV Martí, dos medios estadounidenses que difunden ilegalmente programas subversivos hacia Cuba: «No queremos nada de ustedes sino darles la bienvenida a la esperanza y la felicidad de la libertad». (...)
Pero, contrariamente a las afirmaciones de Bush, los cubanos no corrían «grandes riesgos» escuchando su discurso. Este se difundió en Cuba por radio, televisión y en la prensa escrita, por ejemplo en Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano. El Nuevo Herald, periódico de extrema derecha de Miami controlado por la antigua oligarquía cubana, no dejó de expresar su sorpresa al señalar que las palabras de Bush se difundieron «sin interrupciones». (...)
La Unión Europea, una vez más, dio muestras de su cobardía política encerrándose en un silencio cómplice. No se dignó condenar las palabras, inadmisibles para el derecho internacional, del presidente Bush. ¿Acaso hubiera sido tan discreta si China, Rusia o Irán hubieran llamado a derrocar al gobierno de otra nación soberana? (...)