Dos meses después de que comenzase la Liga, el Athletic sigue en las mismas: hoy buscará su primer triunfo en San Mamés. Lamentablemente, aunque el objetivo sea idéntico, la situación no lo es. El derbi ante Osasuna con el que comenzaba la temporada estaba rodeado de incógnitas y necesidades, pero la visita del Recreativo a la Catedral llega envuelta en un mar de fantasmas y necesidades.

El esperado estreno en casa necesita un cambio completo. No el de nombres, imposible aunque habrá algunas novedades, pero sí el de todo lo demás. El «accidente» del Athletic en el Alfonso Pérez ante el Getafe fue la antítesis del equipo que quiere ver la afición rojiblanca y también de cualquiera que no quiera verse con el agua al cuello a lo largo de la temporada.

Una situación en la que, de hecho, se encuentra inmerso ahora mismo el equipo rojiblanco. No en vano una derrota, a expensas de lo que hagan Deportivo, Betis y Getafe, podría enviarle a zona de descenso. Para empezar le haría perder un puesto y el golaverage -cuestiones que también habrá que empezar a cuidar, viendo cómo marchan las cosas- con un rival directo al que, además, daría aire cuando peor lo está pasando. Y es que el Recre llega a Bilbo con un solo punto sumado en las cinco últimas jornadas.

Trayectoria pese a la cual Joaquín Caparrós no quiere confianzas ante un «magnífico equipo», que «también viene con ganas de hacer un buen partido», advirtió.

El técnico rojiblanco reconoció que esta noche se pondrán en juego «tres puntos importantísimos. Además queremos victorias en casa y queremos darle una alegría a nuestra afición. Tenemos muchísimas deudas con la afición y la gente está con unas ganas tremendas de hacer un buen partido». Algo, por otra parte, imprescindible, en una «competición con mucha igualdad, en la que cuesta mucho ganar. Tenemos que salir con la máxima confianza a nivel individual y colectivo, hacernos fuertes defensivamente y aprovechar nuestra opciones».