Paula Radcliffe, la mejor maratoniana del mundo, vuelve a su prueba fetiche en Nueva York. La inglesa, vencedora allí en 2004, posee cuatro de los cinco mejores registros en los 42,195 kilómetros y un récord tan valioso como esos 2.15.25 que le convirtieron en leyenda.

Radcliffe corrió su último maratón en el Mundial de Helsinki'2005 y ganó el oro. La maternidad le alejó temporalmente de la ruta, aunque este otoño ha vuelto a la competición. Hoy se pondrá a prueba ante la última vencedora, la letona Jelena Prokopcuka, que pretende su tercer triunfo, la campeona mundial Catherine Ndereba, la etíope Gete Wami o la rusa Lidiya Grigoryeva, primera en Boston.

Si la carrera femenina es de lujo, en la masculina el brasileño Marilson Gomes dos Santos defiende el título ante los experimentados Baldini, campeón olímpico, o Hendrick Ramaala.

Los estadounidenses han convertido la prueba deportiva que recorre los cinco condados de la ciudad de los rascacielos en el acontecimiento de un día más rentable para la ciudad. Esperan recaudar 220 millones de dólares en una carrera cuyas cifras asustan. Las solicitudes alcanzan las 100.000 pero sólo hay sitio para 38.300 corredores, animados por 2,5 millones de aficionados desde las aceras. La audiencia televisiva, 315 millones de personas en todo el planeta, tampoco esta mal.

La carrera tuvo un preámbulo trágico por el fallecimiento ayer de Ryan Shay cuando intentaba lograr una de las tres plazas para los Juegos Olímpicos de Beijing'2008. La USAFT organizó la clasificatoria la víspera, cuando el atleta, de 28 años, se desmayó en el kilómetro 8 y pese a que fue trasladado a un hospital fueron inútiles los esfuerzos por reanimarle. Shay, natural de Michigan, fue campeón estadounidense de maratón en 2003, de medio maratón en 2003 y 2004 y de 20 kilómetros en 2004.

Ryan Hall, Dathan Ritzenhein y Brian Sell se ganaron el puesto para la gran cita de 2008, mientras el medalla de plata en Atenas'2004, Meb Keflezighi, sólo pudo ser octavo.