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Bélgica bate todos los records en el retraso para formar Gobierno

La demanda de los partidos flamencos de un mayor autogobierno y el rechazo de las formaciones valonas a esta demanda está provocando una crisis sin precedentes en Bélgica, en la que, incluso, se está cuestionando la viablilidad del Estado. En este contexto, hoy se bate el récord de retraso en la formación del Gobierno federal, al superar los 148 días que se necesitaron en 1988. Las elecciones fueron hace ya cinco meses y todavía no hay Gobierno.

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Bélgica, cada vez más dividida entre flamencos y valones, bate hoy el récord de la crisis política más larga de su historia, al superar los 148 días sin Gobierno desde que se celebraron las elecciones, hace ya cinco meses.

La anterior crisis más larga se produjo en 1988, cuando estuvieron esos 148 días sin Gobierno, pero la situación actual lleva camino de prolongarse, ya que, no se prevé un acuerdo para formar el nuevo Ejecutivo, al menos, hasta el 15 de noviembre.

Con una elecciones legislativas que se celebraron en un ya lejano 10 de junio, el perdedor de las mismas, el liberal flamenco Guy Verhofstadt, sigue al frente del Gobierno belga en funciones.

El líder de los cristianodemócratas flamencos y vencedor de los comicios, Yves Leterme, no ha sido capaz hasta el momento de formar una coalición de Gobierno con los liberales y cristianodemócratas valones.

La principal discrepancia es la necesidad de una nueva reforma del Estado belga que satisfaga la demanda de mayor autogobierno de los flamencos, pero a la que los valones se oponen frontalmente. El partido de Leterme (CD&A) concurrió a los comicios en coalición con los independentistas de N-VA.

Hasta el momento, los únicos acuerdos alcanzados han sido sobre cuestiones menores, como Justicia, Política Exterior o Empleo, que, en cualquier caso, resultan insuficientes para sentar las bases de un Gobierno federal en Bélgica.

Los valones, que acusan a los flamencos de querer dividir el país, colocan en sus balcones y ventanas banderas belgas, adoptando una postura centralista. Los flamencos, insisten en su derecho a disponer de un mayor autogobierno y acusan a los valones de «arrogantes» por negarse a ello. Ante esta situación, el sentimiento independentista está experimentando un importante crecimiento en Flandes. Yves Leterme, que en agosto consiguió salvar un primer escollo, se encuentra ahora, sin embargo, ante un verdadero muro. «El asunto identitario no es el punto más importante del programa del Gobierno, pero es la piedra angular sobre la que se asienta», indicó el viernes en una entrevista. «Ha llegado el tiempo de tomar decisiones, de aceptar compromisos», añadió.

Según el politólogo Vincent de Coorebyter, los partidos flamencos «han comprendido que no tienen la mayoría necesaria para desplazar el centro de gravedad hacia las regiones. Por ello, necesitan al menos una victoria simbólica en lo que se ha convertido en un objeto de fricción entre las dos comunidades: la escisión del barrio de Bruselas-Hal-Vilvorde», situado en la periferia flamenca de la capital belga, pero cuyos habitantes están en un distrito electoral valón y tienen que expresarse en francés ante los tribunales de Justicia.

a cuatro bandas

La formación de Yves Leterme (CD&A/N-VA, democristianos e independentistas) está negociando con los humanistas valones (CdH) y los liberales flamencos (VLD) y valones (MR) la formación del Gobierno.

Cada vez resulta más complicado formar Gobierno

La formación de los gobiernos en Bélgica es cada vez más complicada debido a las diferencias entre flamencos y valones. En 1987 y 1988, Wilfried Martens ya tuvo que hacer frente a estas desavenencias cuando tardó 148 días para formar su Ejecutivo.

En un estado con una división del 60% de flamencos y 40% de valones, el sistema de voto proporcional obliga a que, al menos, dos partidos flamencos y dos valones lleguen a un acuerdo para que se forme el Gobierno federal. Este necesidad se hace más evidente ante la ausencia de formaciones políticas de ámbito estatal. Hay dos partidos cristianodemócratas, dos partidos liberales, dos partidos socialdemócratas, dos partidos ecologistas y dos partidos ultraderechistas.

En 1978-1979, el socialcristiano Wilfried Martens necesitó 106 días. Diez años más tarde, en octubre de 1987, el propio Martens vio como el Gobierno que presidía cayó por la cuestión de Fourons, una localidad situada en Flandes pero habitada por valones que reclamaban su transferencia a Valonia. Fueron necesarios esos 148 días para llegar a un acuerdo de Gobierno, con el compromiso de reformar las instituciones.

En 1991-1992, Jean-Luc Dehaene precisó de 103 días para formar Gobierno. GARA

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