«Tú puedes ayudar a Wikipedia a cambiar el mundo». Así reza el lema que encabeza la página web que abre a cualquier ciudadano de cualquier parte del planeta la posibilidad de acceder a cualquier tipo de conocimiento que desee... con perdón de la brecha digital. Su creador, el estadounidense Jimmy Wales, fue ayer el prólogo perfecto para la Semana Vasca de la Ciencia, Tecnología e Innovación que arrancó en el Parque Tecnológico de Miñano y donde este auténtico héroe de la cibernética resumió la utopía que propulsa este proyecto: «Un mundo en el que cada persona tenga acceso libre a la suma de todo el conocimiento de la Humanidad».

Los números confirman que lleva camino de conseguirlo. Una idea así de sencilla y simple, como reconoció el propio Wales, que hoy cuenta con casi nueve millones de usuarios registrados que aportan sus conocimientos, muchos más millones que los consultan y más de ocho millones de artículos escritos en 253 idiomas, 137 de ellos muy activos, como el euskara y -en mayor medida- el catalán.

Pero qué mejor que recurrir a la propia Wikipedia para saber qué es Wikipedia, a través de http://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia: «Una enciclopedia libre plurilingüe basada en la tecnología wiki (rápida). Se escribe de forma colaborativa por voluntarios permitiendo que la gran mayoría de los artículos sean modificados por cualquier persona con acceso mediante un navegador web».

Una iniciativa «radical», añadió su propio ideador, que se ha situado de manera vertiginosa, desde su aparición en 2001, entre los nueve sitios webs más populares del mundo, ocupando, por ejemplo, el puesto número siete de los más visitados en Alemania o el decimocuarto en Irán. «Controlar la información cada vez es más difícil», advierte al ser preguntado por la censura impuesta a Wikipedia en China, a cuyos gobernantes quiere convencer para que al menos «sólo» cercenen algunas entradas.

«Es una enciclopedia con licencia libre para escribir por cualquiera que lo desee, donde todo el mundo puede participar, modificar o distribuir, hacerlo comercialmente o no», desgranó el padre de este compendio de sabiduría, que, a pesar de las dudas que arrastra sobre esa abierta posibilidad de participar o de errar en la información que facilita, se ha convertido en todo un referente para ciudadanos de todo el plane- ta con acceso a internet.

Prueba de ese poder es que este pasado verano estalló el escándalo al saberse que la mismísima CIA había manipulado la entrada sobre el presidente de Irán en Wikipedia. Ahí reside el poder de esta enciclopedia online en la que cualquiera puede aportar su visión de las cosas sobre el tema que considere oportuno y, a su vez ser, rebatido por otro usuario, o incluso mantener una discusión.

Porque la CIA no ha sido el único «gran» interesado en modelar la información a su gusto. Así, por ejemplo, el FBI eliminó las fotografías aéreas de Guantánamo; un ordenador de El Vaticano retiró la presunta participación en un doble asesinato en 1971 de la entrada del líder del Sinn Fein Gerry Adams; Microsoft quitó toda referencia a las críticas que había recibido la X-Box; Chevron-Texaco suprimió la página entera sobre el combustible biodiésel y las frases relativas a la multa que le impuso la ONU por mantener negocios con Irak durante el embargo; y la también petrolera Exxon-Mobil manipuló su responsabilidad en la catástrofe del Exxon-Valdez en Alaska.

«Wikipedia está creada a partir de la confianza», se esforzó en defender ayer. La ingente cantidad de información que ya acumula este proyecto enciclopédico es para muchos su principal defecto, ya que se puede incurrir en la desinformación.

Un estudio de la revista `«Nature'' publicado en su edición on-line del 14 de diciembre del 2005 arrojó luz lo exagerado de las acusaciones de inexactitud de Wikipedia: de 42 artículos sobre temas científicos escogidos al azar, Wikipedia presentaba 162 errores, y 123 la Enciclopedia Británica. La media resultante, por tanto, es de cuatro errores por artículo en Wikipedia y de tres en la prestigiosa Enciclopedia Británica.

El proyecto tiene sus propios controles y editores que revisan los artículos más susceptibles de provocar controversia o estar sujetos a la manipulación. Wales defiende la «neutralidad» del proyecto y ante un artículo o tema que plantee discusión, invitó a «ser escéptico». Pero en lo que no admite discusión es en la bondad de la iniciativa, a pesar de las desventajas en las que pueda incurrir. Llegar a todos los rincones del planeta, y en el idioma de cada cual, es su siguiente utopía.