Jornada sobre «medios de comunicación y conflicto»
Quizá fuera buena idea que la próxima vez la BBC venga a hacer preguntas
Iñaki Iriondo
La jornada de ayer sobre «Medios de Comunicación y Conflicto» tuvo tres partes diferenciadas. Por la mañana, Mark Devenport, editor político de la BBC en el norte de Irlanda, y Ewa Ewart, productora de documentales de la BBC, explicaron cómo abordan su trabajo en situaciones conflictivas y lo hicieron exponiendo sus criterios personales y también las pautas de comportamiento del medio para el que trabajan. A primera hora de la tarde, los profesores de la UPV-EHU Txema Ramírez de la Piscina y Petxo Idoyaga expusieron las conclusiones de sus investigaciones sobre la actuación de los periódicos durante las dos últimas treguas de ETA, mientras que el catedrático Ramón Zallo desmontó las acusaciones que en su día sirvieron de excusa para el cierre de «Euskaldunon Egunkaria». Después, en una tercera parte, se dieron a conocer las conclusiones de los juristas sobre la clausura de este medio y «Egin» y Egin Irratia.
En el apartado referido a la transmisión de experiencias periodísticas -en este caso concreto la de profesionales de la BBC-, cabe decir que siempre resulta instructivo conocer cómo se aborda el tratamiento de la información en otras situaciones de conflicto. Más aún cuando principios que debieran ser la base del periodismo son ignorados diariamente en nuestro entorno comunicativo. La frase de Ewa Ewart de que «hablar con todas las partes en conflicto no es una elección del periodista, sino un deber», podría ser considerada casi delictiva en algunas redacciones, algunos juzgados y algunos ministerios españoles.
Pero al tiempo que los profesionales de la BBC contaban sus experiencias, en el Palacio Miramar de Donostia se producía una situación paradójica. Allí había directores y directivos de medios de comunicación que habían pasado por la cárcel por su actividad profesional y algunos habían denunciado brutales torturas. Todos ellos están a la espera de conocer si han de volver a la cárcel. Además, había otros periodistas que saben lo que es trabajar y vivir con escolta. Y en esa situación cabía plantearse: quizá la próxima vez lo interesante sea traer periodistas de los grandes medios internacionales, no para que dicten conferencias, sino para que hagan preguntas. Para que se interesen por cómo es el periodismo en Euskal Herria y en el Estado español. Para que Ramón Zallo les cuente a ellos que los sumarios de «Euskaldunon Egunkaria» y «Egin» son de arquitectura política y no jurídica, y para que Txema Ramírez de la Piscina y Petxo Idoyaga les muestren su crudo retrato de cómo se comportan los medios en tiempos de alto el fuego. Y, para ponerle un final lúdico/trágico, un poquito de «Cocidito Madrileño».