«Eva sigue aquí»
Los ASKEncuentros desvelan la faceta más literaria de Eva Forest
«Eva Forest en el recuerdo, pero también en el amor... y en la guerra, que nosotros tenemos la certeza de que no descansa en paz, porque no hay paz en la que descansar y sí mucha guerra que dar». Con estas palabras, ante un público emocionado que aplaudía puesto en pie, cerró Alfonso Sastre los ASKEncuentros 2007, en una jornada que estuvo centrada en una de las facetas menos conocidas de Forest: su escritura.
Martin ANSO | DONOSTIA
Las jornadas de reflexión que Alfonso Sastre Kultur Elkartea celebra anualmente en el centro Koldo Mitxelena han estado en esta ocasión dedicadas a analizar las diversas facetas de Eva Forest, fallecida en mayo pasado. La última, en la que intervino el propio Sastre, además de Santiago Alba y Esther Zorrozua, se centró en «la Eva escritora» y, sobre todo, en «la Eva `literata'», sin duda menos conocida que «la Eva solidaria» o «la Eva editora», tal y como recordó Xabi Puerta, coordinador de ASKE.
Precisamente Hiru acaba de publicar tres obras hasta ahora inéditas de Forest: «Una extraña aventura», dramatización basada en testimonios de torturas, «Los nuevos cubanos», sobre las experiencias vividas por la autora en una granja de la isla caribeña en 1966, y «Es y no es un cuento», colección de relatos.
«Son libros muy importantes -dijo al respecto Alfonso Sastre-, a pesar de lo cual, si Eva no nos hubiera abandonado, no se habrían publicado, porque ella no tenía ningún interés en atraer la atención sobre su talento literario, que era mucho, por cierto, y era la última en sus proyectos editoriales».
De hecho, de Forest son conocidas obras como «Operación Ogro», «¿Proceso al jurado?» o «Manual de solidarios», que ella misma consideraba, como quitándoles importancia, «literatura de urgencia», un arma más de denuncia. Su obra de ficción o -convencionalmente- más literaria, ha quedado casi inédita, «sacrificada, por un lado, a sus escrúpulos perfeccionistas y, por otro, a su imperativo moral asentado en la lucha de los pueblos por su soberanía», señaló su compañero de toda la vida.
Pero incluso en esa «literatura de urgencia», en cierto modo por ella misma «desdeñada», se percibe «una gran escritora». «Ese pequeño monumento del periodismo que es `Operación Ogro' es también una gran obra literaria, ocultada por la importancia de su testimonio; `Diario y cartas desde la cárcel' es también una gran obra, en todos los sentidos; y a mí me parece que `Los nuevos cubanos' es una obra maestra», aseguró Sastre.
En su opinión, Forest demostró que es posible hacer «gran literatura» sobre temas sociales y políticos de hoy, «como siempre se hizo», por otra parte. En ese sentido, «ella es un tesoro inagotable de experiencias y reflexiones que conducen a análisis que desvelan que la democracia en la que vivimos, por `democrática' que se presente, es un hecho oprobioso y terrible; se descubre en ella que presuntos partidarios de la justicia y la libertad, hombrecillos como Felipe González, Garzón o Zapatero, han sido y son en realidad cómplices de muchos desafueros».
Pero Eva Forest es autora también de una importante obra de ficción prácticamente desconocida y que no ha hecho más que empezar a ver la luz. Alfonso Sastre, quizá el único que la conoce en profundidad, adelantó que es «apasionante».
El filósofo Santiago Alba, en una intervención llena de imágenes y matices, retomó la cuestión de la renuncia de Forest a la literatura en el sentido más convencional de la palabra. «¿Desconfiaba de la literatura? -se preguntó-. Todo lo contrario, y ahí está para desmotrarlo el catálogo de Hiru, su editorial. Eva quería llamar a las cosas por su nombre, ¿y qué es un escritor sino el que se esfuerza en llamar a las cosas por su nombre? Yo creo que ella, que se prohibió a sí misma hacer literatura, era tanto más literaria cuanto más se lo prohibía».
Equilibrio entre forma y fondo
Alba valoró que «Operación Ogro» es «una novela extraordinaria, apasionante como relato y muy instructiva como documento», y que «Los nuevos cubanos» «es una crónica impres- cindible de la aparición de un mundo nuevo». «Pero son sus textos sobre la tortura -confesó- los que más me sacuden literariamente, porque en ellos Eva se mide al problema de hacer literatura donde la literatura parece condenada a fracasar».
En concreto, «Onintze en el país de la democracia», especie de cómic escrito sobre las vivencias de una andereño en manos de los torturadores, es, en opinión de Alba, «el más bello manual de instrucciones que se ha escrito nunca». Pero a él le gusta sobre todo «Una extraña aventura», «una experiencia en la que lo más extraordinario y lo más cotidiano convergen en una especie de escenografía que mezcla sin solución de continuidad todos los géneros teatrales, lo cómico, lo bufo, lo trágico, lo operístico, lo doméstico; y, además, inesperadamente, uno ve al final salir mariposas de dignidad de esos gusanos que los verdugos han querido fabricar».
Alba destacó que la obra de Forest resuelve el debate entre lo que se dice y cómo se dice. «La literatura es tan autónoma que puede servir tanto a las malas como a las buenas causas. Es tan autónoma que las malas, eso que Eva llamaba la Internacional del Antihombre, querrían monopolizarla y despojarla de su punta. Porque hay una belleza que acaricia y otra que pincha. La belleza de la obra de Eva es de las que pincha. Duele, sí, pero también despierta, tonifica, sacude todo declive hacia la rendición. Puede parecer paradójico, pero gran parte de la fortaleza literaria de Eva reside en que sus libros sobre la tortura no son ni sombríos ni desmoralizadores. Como ella misma, sus textos, incluso los más duros, nos dejan una impresión extrañamente luminosa, fresca, optimista... invencible. `Onintze en el país de la democracia' y `Una extraña aventura', libros en los que se nos describe de un modo tan doloroso y estremecedor el abismo de la tortura, son en realidad cuentos para niños, cuentos de hadas, que nos enseñan las dos lecciones que Chesterton atribuía a los cuentos infantiles: la primera, que los ogros existen; la segunda, que podemos vencerlos», concluyó Alba.
La escritora Esther Zorrozua hizo notar que, a la espera de que vayan publicándose las obras de ficción de Forest, sus ensayos, artículos y diarios permiten «un acercamiento razonable a sus tics de escritora». Destacó como una de sus características su «afán obstinado de no protagonismo, de que la escritura funcione como vehículo de sus ideas. Jerarquiza siempre. Su obsesión es manejar la herramienta del modo más objetivo, y el objetivo siempre es el mismo: la verdad. Siguiendo su instinto práctico, buscaba la eficacia, buscaba que `los dormidos despierten y los despiertos adquieran compromisos', que ésa era una de sus consignas».
Advirtió que esto no debe malinterpretarse, en el sentido de que Forest tuviera una concepción exclusivamente «utilitarista» de la escritura. «Su actitud era adaptarse al medio en cada momento y concebía su obra como un todo, sin divisiones artificiales entre forma y fondo».
«No hizo de sí misma un personaje sobre el que proyectar sus sueños y sus ambiciones, como hacen otros autores, sino que se vertió sobre el papel tal como era, con lucidez pero con llaneza, con sensibilidad pero con firmeza. Por eso en su obra encontramos toda su calidez humana, toda su sabiduría, todo su poder de convicción, porque escribió como vivió y vivió como pensó que debía hacerlo», aseveró Zorrozua.
Alfonso Sastre recordó que la tortura movilizó a Eva Forest «desde antes de que ella misma la sufriera en su propio cuerpo y, sobre todo, en su alma». La denuncia de esta práctica fue una actividad a la que dedicó infinidad de horas. Intentar penetrar en «esos bajos fondos» de regímenes que se consideran a sí mismos democráticos fue una continua preocupación de Forest que se refleja también en sus libros, como «Una extraña aventura», que Sastre definió como «un alcaloide literario de sus obras publicadas, pero también de las que están por publicar y de las que no se publicarán, porque son testimonios grabados a pie de cuartelillo, comisaría o cárcel». Son cientos de horas que, adelantó, quedarán archivadas en la biblitoeca Forest-Sastre que en su día se abrirá en el KM. «Desde el recuerdo de las torturas a las que ella misma fue sometida, pongo aquí una vez más el grito en el cielo: ¡Malditos torturadores! ¡Eva Forest os va a acusar eternamente!», afirmó Sastre. M.A.
«La Eva Forest escritora» ha quedado eclipsada en los últimos años, a raíz de la creación de Hiru, por «la Eva Forest editora». Precisamente a esta «Eva editora» estuvieron dedicados el lunes los ASKEncuentros. Luis Alegre dijo que Forest demostró que es posible «poner determinadas cosas al resguardo de la lógica puramente mercantil; demostró que es humanamente posible no tener precio y, por tanto, tenemos la obligación de no tenerlo». Carlos Fernández Liria destacó que Hiru se ha convertido en «un arma insustituible para la izquierda», y el cubano Julio César Guanche matizó que «para la izquierda mundial, especialmente en Latinoamérica». Carlo Frabetti no dudó en afirmar que, en realidad, Hiru es la «obra maestra» de Forest: «No hay más que ver el catálogo, 300 obras y todas fundamentales». Xabi Puerta , como colofón, hizo notar que «Hiru no sólo tiene pasado, sino también presente y futuro», pues la continuidad está garantizada por Eva Sastre y Mari Elena Castillo, además de por el propio Alfonso Sastre.