La grave situación impuesta por Israel a Palestina aparece y desaparece cíclicamente del panorama informativo. Este parece ser uno de esos momentos en los que el mundo -o las grandes agencias- miran hacia otro lado y, como mucho, sitúan el foco, de forma totalmente interesada y parcial, en los viajes a la zona de Condoleezza Rice, secretaria de Estado norteamericana. Sin embargo, las consecuencias sociales y humanas provocadas por la construcción del muro que separa las ciudades cisjordanas y, sobre todo, por el bloqueo israelí a la franja de Gaza, apenas merecen páginas ni minutos en los medios de comunicación. Hoy GARA ha querido prestar especial atención a los estragos que el bloqueo causa ya entre los habitantes de Gaza.

Esa realidad refleja, desde luego, un grave desabastecimiento de productos básicos y una dramática desasistencia sanitaria, pero también el olvido internacional y la complicidad o la cobertura que EEUU y la UE dan al bloqueo israelí, así como la estrategia de Tel Aviv de cortar cualquier posibilidad de desarrollo a la población palestina. Sin ánimo paternalista, podemos añadir que a todo ello se suma la labor de Al Fatah y de Abu Mazen, que debilitan la posición palestina.

Alrededor de millón y medio de palestinos viven hoy prácticamente sin agua ni energía, y con una escasez de alimentos inquietante. Se calcula que pasado mañana la franja quedará sin suministro de gasolina, con las catastróficas consecuencias que ello puede acarrear, por ejemplo, para la asistencia sanitaria. De hecho, en las últimas horas han muerto dos personas más por no poder recibir atención médica a causa del bloqueo israelí. La estrategia de desgastar y eliminar a toda costa a la autoridad de Hamas en la franja de Gaza cuenta con la ayuda imprescindible de EEUU, pero también de la UE, que refleja una vez más que sus pomposas proclamas sobre una incipiente política exterior común -propia y diferenciada, por lo tanto- son falsos ejercicios de retórica. Los valores que dice defender e incluso representar mueren día a día en el espejo de Palestina.