Las declaraciones de la UE responden a los intereses de sus estados, no de la realidad
La izquierda abertzale recordó ayer en Bruselas que hace un año el Parlamento Europeo adquirió un compromiso con la resolución del conflicto vasco. Recordó, asimismo, que no es posible un proceso de negociación para la resolución de conflicto alguno si una de las partes es sistemáticamente perseguida, reprimida y encarcelada.
Mientras tanto, ayer mismo Jose Elorrieta visitaba a Arnaldo Otegi en la cárcel de Martutene. Un preso político, en una carcel en el centro de Europa, encarcelado por denunciar la responsabilidad institucional del jefe de Estado en la vulneración de los derechos humanos -Otegi denunció la impunidad de la tortura en el Estado español- y por homenajear a un ciudadano vasco muerto en atentado por un grupo paramilitar -ensalzó la figura de Argala, al que, si a algunos no les fallase tanto la dichosa memoria histórica, debería ser considerado en el Estado como un histórico militante antifranquista-.
Todo ello en el mismo momento en el que la Unión Europea discute sobre si Turquía cumple o deja de cumplir con los estándares europeos en derechos humanos. Esto sí que es toda una declaración... de intenciones.