Musharraf garantiza que deja el mando del Ejército y anuncia elecciones en febrero
El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, anunció ayer, sometido a la presión de la calle y de la comunidad internacional, en particular, de Estados Unidos, que las elecciones previstas para mediados de enero antes de que declarara el estado de excepción tendrán lugar antes del 15 de febrero y garantizó que abandonará el mando de las Fuerzas Armadas antes de jurar un nuevo mandato presidencial, aunque no concretó ninguna fecha.
GARA |
Tras días de fuertes presiones internacionales para que respetara sus compromisos y con la amenaza de protestas de la oposición, el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, dio parcialmente marcha atrás en sus planes al prometer que retomará el proceso de transición a la democracia roto el sábado cuando impuso el estado de excepción en el país.
Según la televisión estatal PTV, Musharraf confirmó el anuncio realizado horas antes por el fiscal general, Malik Mohamad Qayyum, y el presidente de la gubernamental Liga Musulmana-Q, Chaudhry Shujaat Hussain, en el sentido de que las elecciones previstas para enero se celebrarán «el 15 de febrero o antes» y de que abandonará el mando del Ejército. La agencia estatal APP informó de que el presidente hizo este anuncio a varios periodistas tras presidir una reunión del Consejo de Seguridad Nacional.
«El presidente dijo que estaba comprometido con la celebración de elecciones generales y con la transición a un mando civil completamente democrático en el país», según APP. Sin embargo, no concretó la fecha.
Llamada de Bush
Previamente, el general había recibido una llamada del presidente de EEUU, George W. Bush, quien le dejó claro, según dijo el propio Bush durante una rueda de prensa en Washington con su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, que «no se puede ser a la vez presidente de un país y jefe de los militares».
La decisión de Musharraf de decretar el estado de emergencia ha desatado una avalancha de críticas internacionales, pues supone la ruptura de sus compromisos para una transición a la democracia en Pakistán, cuyo mando asumió en un golpe de Estado en 1999.
EEUU y Gran Bretaña patrocinaron un acuerdo entre el general y la ex primera ministra y líder del principal partido de la oposición, Benazir Bhutto. que regresó al país el 18 de octubre tras ocho años de exilio. El acuerdo, por el que Bhutto facilitó la votación parlamentaria que el 6 de octubre reeligió a Musharraf como presidente, incluye que el general cuelgue su uniforme y la celebración de elecciones para un nuevo Parlamento, prevista en principio para enero.
No obstante, el pacto estaba pendiente de varios fallos del Tribunal Supremo, uno sobre la validez de la candidatura presidencial de Musharraf y otro sobre la constitucionalidad de la amnistía concedida a Bhutto para que volviera.
El presidente justificó el estado de excepción en la ola de atentados islamistas y en las «interferencias del Poder Judicial en los asuntos del Ejecutivo. Entre los miles de arrestos preventivos de estos días están los de varios magistrados del Supremo, Corte que se está tratando de reconstituir a la medida de Musharraf, con jueces que validen su candidatura, según los analistas.
El fiscal general, Malik Mohamad Qayyum, señaló ayer que el presidente paquistaní mantuvo la víspera una reunión con diputados de la gubernamental Liga Musulmana-Q, en el transcurso de la cual aseguró que el periodo de excepción será «mínimo» y que la fecha de las elecciones se anunciará cuando el reconstituido Supremo se pronuncie sobre la validez de su candidatura.
De acuerdo con el fiscal, el estado de excepción se levantará «en un periodo mínimo de un mes y máximo de dos», en función de la evolución de la situación del país.
«Insuficiente»
La ex primera ministra Benazir Bhutto consideró «vago e insuficiente» el anuncio de Musharraf y le exigió que abandone la jefatura del Ejército antes del 15 de noviembre, fecha anteriormente prevista por el propio general. «Queremos una fecha electoral, queremos una fecha de retirada» del mando de las Fuerzas Armadas, subrayó.
«El Gobierno no ha conseguido vencer el extremismo», señaló la líder del Partido Popular de Pakistán (PPP), quien añadió que las agencias de inteligencia paquistaníes están siendo utilizadas contra las fuerzas de la oposición.
Bhutto mantuvo la convocatoria de reunión de su partido prevista para hoy en un barrio de Islamabad, pese a la prohibición de reunión establecida por el estado de emergencia, así como el llamamiento a participar en la «larga marcha» que unirá el próximo martes Lahore e Islamabad para denunciar el estado de excepción. La Policía informó ayer a Bhutto que kamikazes islamistas preparan una acción contra el acto de hoy.
El partido de Bhutto denunció la detención de 800 de sus miembros sólo en la noche del miércoles. La Policía admite haber practicado únicamente 140 arrestos.
La Policía paquistaní ha admitido haber detenido o «asignado residencia» a más de tres mil personas desde la declaración del estado de emergencia hace seis días.