Los problemas sanitarios causados por el agua estancada, los animales muertos y la mala alimentación en el inundado Tabasco preocupan a las autoridades locales y damnificados, mientras que el Gobierno de México dice la situación está controlada. Gripes, diarreas e infecciones dermatológicas comienzan a hacer mella entre la población de este estado mexicano, donde ya se iniciaron fumigaciones para evitar epidemias, como el dengue o el paludismo. Las dificultades en esta materia, que comienzan a sentirse en la capital del estado, Villahermosa, son mucho más graves en las numerosas poblaciones aisladas, en donde miles de personas carecen de atención médica o acceso a las medicinas más simples.