Vaya cosas que tiene la vida, oye. Resulta que a la SNCF, la empresa ferroviaria pública francesa, le va el rollo juvenil. Le mola mazo la chavalería, tanto que se le ha ocurrido poner en marcha un servicio especial nocturno a lo grande, el iDnight. Incluso el nombre es moderno, que ya se sabe que si la innovación no es en inglés, ni es innovación ni es nada.

A lo que iba. A partir de la próxima primavera la SNCF va a poner en marcha líneas nocturnas con wagonbar abierto toda la noche y veladas amenizadas por DJs. Este enternecedor esfuerzo por hacerse con el favor de la juventud casi me hace olvidar que la SNCF se sigue negando a colocar señalizaciones en euskara en sus estaciones de Ipar Euskal Herria. Es mucho mejor y más acorde con los tiempos modernos combinar el francés con el inglés, que por todos es conocido el gran número de anglófonos que habitan en este rincón del Pirineo donde antes se farfullaba una lengua que sólo sirve para decir pastor de diez maneras diferentes.

Pero ése es otro tema. Decía que, ahora que la SNCF se adapta a los los gustos de la juventud, esos mismos jóvenes modernos pasan de ella y deciden, qué gesto de inmadurez, bloquear al ritmo de la movilización todas las estaciones de la red ferroviaria en el día de hoy, víspera de la jornada de huelga de los trabajadores del transporte público. ¿Y todo por qué? Porque, según el gobierno francés, los jóvenes, que como es sabido no piensan por sí mismos, están manipulados por la extrema izquierda.

Este martes y trece comienza una semana clave para Nicolas Sarkozy, aquel que se dio a conocer como esquirol en su época de estudiante. La reforma de regímenes de jubilación que impulsa su Gobierno chocará hoy, mañana y el próximo martes con la movilización social. Todo un pulso que el presidente Nicolas Sarkozy pretende ganar a partir de hoy mismo con un arma fatal: el rechazo que las huelgas en general y las de transportes en particular acaban por generar en la opinión pública.

Quizá los jóvenes deberían retomar la idea de la SNCF y proponer a los pasajeros afectados un botellón marchoso en favor de un buen servicio público y de un mejor aún sistema social.