Lakua quiere que los hombres sean militantes por la igualdad
El Ejecutivo autonómico presentó ayer la iniciativa Gizonduz, que pretende que los hombres abracen la lucha por la igualdad que han defendido casi en solitario las mujeres. Son 19 medidas dirigidas a la formación, sensibilización y corresponsabilidad, entre las que destaca una Carta que esperan sea firmada por 10.000 hombres en los próximos dos años.
Txotxe ANDUEZA |
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, y la directora de Emakunde, Izaskun Moyua, presentaron ayer, en la sede de Lehendakaritza, la iniciativa Gizonduz, cuyo objetivo es conseguir la implicación de los hombres en la lucha por la igualdad. Esta iniciativa gubernamental tiene entre sus objetivos lograr que diez mil hombres se adhieran a la Carta de los hombres vascos por la igualdad y contra la violencia hacia las mujeres, conseguir que mil hombres participen en un programa específico de sensibilización o duplicar el porcentaje de hombres que han compartido con su pareja el permiso de maternidad/paternidad.
Unos objetivos que Lakua pretende cumplir para diciembre del año 2009, aunque en estos dos años evaluará de forma continuada los pasos que se vayan dando en esta iniciativa, para ir adecuando las medidas y los compromisos.
Paradigmas de la masculinidad
Juan José Ibarretxe, que recordó en su intervención sus propias palabras en torno a que el proyecto de la igualdad es «el más importante a abordar en el siglo XXI», aseguró que con la implicación en la lucha por la igualdad «los hombres tenemos mucho que ganar», y se refirió a lo que denominó «paradigmas de la masculinidad», situaciones que son consecuencia de los roles actualmente asignados a los hombres.
Entre estos paradigmas, Ibarretxe mendionó la salud, «porque la esperanza de vida de los hombres es siete años inferior a la de las mujeres»; las conductas de riesgo: «¿les parece normal que los hombres representen el 80% de las personas conductoras implicadas en accidentes de tráfico?»; el trabajo doméstico, que «representa el 33% de nuestro PIB, y sólo es realizado en un 25% por parte de los hombres».
Por último, «en términos de violencia y criminalidad», el lehendakari de la CAV señaló que los hombres representan el 93% de la población reclusa.
Todos ellos son, según concluyó, aspectos que hay que mejorar «y por lo tanto, cuestiones que podemos incorporar en términos positivos si realmente nos implicamos en la tarea de la igualdad».
Una tarea en la que Ibarretxe reclamó la implicación de los hombres, porque, «las mujeres, con su lucha, han conseguido que demos pasos importantes, pero persisten las desigualdades, y problemas tan graves como la violencia contra las mujeres siguen existiendo». Por ello, aseguró, «necesitamos un ejército pacífico de voluntarios para acompañar a las mujeres en la búsqueda de la igualdad». El lehendakari animó a los hombres a perder el miedo «porque no seremos plenamente democráticos si no acabamos con la desigualdad».
En su opinión, existen en la sociedad vasca elementos favorables a una iniciativa de este tipo, entre los que destacó la reacción de la sociedad vasca ante la Ley de Igualdad que, según afirmó, «se ha asumido en positivo», lo que probaría que «la sociedad está madura» para abordar iniciativas como la presentada ayer. Para impulsar esa tarea, el Ejecutivo de Lakua aporta «liderazgo, visión, estrategia y compromiso, desde el convencimiento de que la igualdad nos hace mejores personas y como dice el lema de esta iniciativa, la igualdad nos hace más hombres».
«El hombre nuevo»
«Nuestro objetivo es la igualdad, porque las mujeres viven en situación de desigualdad». La directora de Emakunde, Izaskun Moyua, quiso dejar clara esta premisa en la presentación de la iniciativa Gizonduz, de la que dijo que es el resultado de un proceso que «empezó en un marco teórico, enseguida empezaron a hacerse cosas prácticas, luego algunas publicaciones, y en estos dos últimos años hemos visto que algunos `hombres nuevos' han pasado de la teoría a la práctica».
Precisamente para esta iniciativa Lakua se ha apoyado en quienes se han reunido en la búsqueda de ese «hombre nuevo», «a los hombres que están asociados para reflexionar sobre el papel de las nuevas masculinidades, sobre cómo deconstruir lo aprendido y cons- truir nuevas realidades».
No existen muchos ejemplos de políticas gubernamentales para implicar a los hombres en la lucha por la igualdad.
Sobre este concepto empezó a hablarse en la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995, aunque la primera reflexión sobre el tema no se da hasta reunión de la División para el Avance de la Mujer de la ONU, en 2003. En Europa, se menciona este objetivo en el Plan de trabajo para la igualdad entre las mujeres y los hombres para 2006-2010.
Para fomentar la corresponsabilidad, Gizonduz plantea entre otras medidas dar permisos para cursos de preparación al parto, ampliar los de paternidad o dar permisos para atender a familiares. ¿La novedad? Son medidas dirigidas a los hombres.
Las afirmaciones de Ibarretxe y Moyua en la presentación de la iniciativa Gizonduz en torno a la persistencia del fenómeno de la violencia contra las mujeres, a pesar de los avances que gracias a la lucha por la igualdad se han conseguido, encuentran eco en la existencia de denuncias de agresiones que se producen prácticamente cada día.
Sin ir más lejos, ayer la Ertzaintza dio a conocer la detención de un hombre de 36 años en la tarde del domingo en Gasteiz, acusado de agredir a su ex compañera tras quebrantar una orden de alejamiento.
El detenido, cuyo nombre responde a las iniciales LA.A.M., se presentó en la vivienda de su víctima «en una actitud agresiva, profiriendo amenazas de muerte contra ella y llegando a golpearla».
Agentes de la Ertzaintza acudieron al domicilio donde se produjo la agresión, comprobando que la víctima tenía contusiones y confirmando que contra el presunto agresor pesaba una orden de alejamiento.