Las tres franquicias de texas impondrán su ley en la potente conferencia oeste de la NBA
Dallas, San Antonio y Houston, los tres equipos tejanos de la NBA, son los reyes de la difícil Conferencia Oeste. Teniendo en cuenta que los tres están encuadrados en la División Suroeste, cabe esperar que el resto de divisiones pasen a ser comparsas durante toda la temporada.
Izkander FERNÁNDEZ
Como en el salvaje far west, el olor que despide la poderosa Conferencia Oeste de la NBA es el olor al peligro, a la potencia de tres franquicias, las tejanas, que poseen las mejores plantillas de la competición en la edición que se repartirá entre 2007 y 2008.
San Antonio Spurs, Dallas Mavericks y Houston Rockets, tres equipos compensados, con estrellas capaces de arriesgarse en las principales jugadas, con entrenadores con el temple suficiente para que nadie les tosa en play offs y con plantillas profundas que les pueden llevar lejos cuando allá por mayo comiencen las eliminatorias por el título. San Antonio Spurs, el actual campeón, siempre es el favorito hasta que se demuestre lo contrario. Y la autosuficiencia que le llevó a la consecución de su cuarto anillo hace pensar que, con la misma fórmula, volverán a ser igual de peligrosos que una cobra. Igual de letales que siempre con su revólver enfundado pero listo para escupir plomo.
La pólvora antoniana vuelve a tener un nombre: Duncan. El ala pívot de las Islas Vírgenes volverá a su trabajo, a convertirse en la élite de la liga sin llamar la atención, a conseguir números de ensueño sin cambiar su rictus de suficiencia. Él ha sido la llave que ha sacado a los Spurs del ostracismo histórico al que parecían condenados.
Pero no sería igual sin Popovich al frente. El entrenador jefe de los Spurs volverá a contar con el compromiso y el trabajo de los escuderos que cogieron las riendas del equipo tras la retirada del mítico Robinson: Ginobili, Parker y Bowen.
Además, Duncan y Popovich volverán a contar con los servicios de importantes veteranos como Finley o Barry y con un «factor X» tan determinante como Horry, también conocido como «El señor de los anillos», ya que el ala pívot ha conseguido la friolera de siete títulos.
Las variaciones en la franquicia de San Antonio son pocas, por no decir nulas. La incorporación de Udoka es la única variante nueva que se ha colado en la plantilla de Popovich, así que los Spurs volverán a jugar a lo suyo. Con las ideas claras.
El pronóstico es claro para Duncan, Ginobili, Parker y compañía: ellos nunca fallan, nunca van a perder contra un equipo peor. Con ellos no hay posibilidad de sorpresas. Como ha ocurrido con sus máximos rivales a lo largo de la historia reciente.
Templar los nervios
Ése es precisamente el punto donde falló Dallas Mavericks el año pasado, cuando perdió en primera ronda contra Golden State Warriors. El primer clasificado del Oeste fue eliminado por el octavo. El favorito no supo hacer frente al reto que supone serlo, la lógica se fue de paseo y los Mavs se tomaron las vacaciones antes de tiempo.
Tampoco ha variado un ápice la estructura de Dallas para esta temporada. El alemán Nowitzki volverá un año más a ser el hombre importante de los Mavs, y una pléyade de jugadores de primera línea apuntalarán el trabajo del germano. Ahora que hombres como Ferry o Stackhouse han conseguido centrarse y reconvertir sus carreras, parece el momento adecuado para que los de Dallas asalten el título por primera vez.
Dallas será el principal enemigo de Dallas. Ellos poseen la mejor plantilla de la liga. La más compensada puesto por puesto. Pero la escasa profundidad mental de Nowitzki y de su entrenador jefe, Johnson, puede volver a condenarlos a un nuevo año sin anillo.
Y mientras, en Houston, en la tierra de la NASA, el actual hermano «pobre» del baloncesto tejano comienza a frotarse las manos. Sin el lastre que suponía tener a un entrenador muermo al cargo del equipo -Van Gundy fue despedido tras caer en primera ronda ante Utah Jazz-, la llegada del carismático Adelman ha cambiado por completo la fisionomía gris de los Rockets.
Con Adelman y su filosofía alegre, los Rockets volverán a correr y a ser libres. McGrady no volverá a quejarse de los sistemas defensivos. Yao Ming recibirá los balones que tiene que recibir y ya huele a MVP. Francis ha vuelto a casa y Wells parece volver a ser el que era. Y además, Scola ha dotado al juego interior de Houston de un elemento de calidad que posibilitará un salto en su juego.