El vertido de fuel amenaza con desencadenar una catástrofe ecológica en el mar Negro
Las más de 1.300 toneladas de fuel vertidas el domingo por un petrolero ruso que se partió en dos amenazan con desencadenar una catástrofe ecológica en las costas rusa y ucraniana del estrecho de Kerch, que separan los mares Negro y de Azov.
GARA |
«Se mantiene la amenaza de contaminación de las costas rusa y ucraniana del estrecho de Kerch», que comparten Rusia y Ucrania, informó ayer el Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, y que es un importante punto de paso de avez migratorias y hábitat de las torturas del mar Negro.
Además, dio cuenta del hallazgo de los cadáveres de tres tripulantes del barco ruso Najicheván, uno de los tres busques que transportaba azufre y que se hundió el domingo en aguas del mar Negro, donde aún permanecen desaparecidos una veintena de marineros -cinco del Najicheván y quince del buque georgiano Jodzha Ismail, que transportaba chararra y naufragó frente al puerto de Sebastopol-.
La mancha de fuel vertida por el petrolero Volganeft alcanzó orillas rusas en las primeras horas de a mañana de ayer. «La mancha, de doce kilómetros de largo, ya llegó a la orilla. Las aves se posan sobre el fuel y mueres», indicaron las autoridades.
Debido a la peor tormenta de los últimos treinta años, el petrolero se partió en dos en la madrugada del domingo cerca del puerto ruso de Kavkaz. Sus trece tripulantes sobrevivieron y pudieron ser rescatados. Otros cuatro buques corrieron la misma suerte y dos más encallaron en el puerto de Sebastopol.
Las autoridades locales movilizaron a más de un centenar de soldados para recoger y limpiar el fuel vertido en la península de Tuzla, mientras que otras zonas de la costa de la región rusa de Krasnodar se organizaron escuadrones de limpieza. «Las secuelas pueden prolongarse meses, años o décadas», aseguró Vladimir Chuprov, de Greenpeace Rusia, quien calificó de «catástrofe ecológica» el vertido de fuel que, en el mejor de los casos, tendrá una «magnitud local».
En principio, el petróleo y el gasóleo se extienden sobre la superficie del agua en una capa fina que puede ser recuperada, pero la tormenta estaba impidiendo hacerlo antes de que la marea negra llegara a las costas, según WWF, que añadió que el riesgo de catástrofe ecológica es «muy grande».