Michael Rasmussen no debería de haber tomado la salida el pasado Tour, según las conclusiones de una comisión independiente que, por encargo de Rabobank, el patrocinador del danés, investigó el presunto asunto de dopaje.

Según la llamada «comisión Vogelzang», el equipo disponía de suficientes informaciones para tomar la decisión de no darle permiso a Rasmussen para que iniciara el Tour.

Por ello, la decisión del director general de Rabobank, Theo de Rooij, de obligar a Rasmussen a abandonar el Tour fue totalmente justificada, aunque debería haber sido tomada antes, según señalaron ayer.

El danés mintió sobre sus paraderos cuando estaba obligado a indicar a la UCI dónde se encontraba en todo momento para facilitar eventuales controles no anunciados.

Pero mientras dijo que se encontraba en México, en realidad estaba en Italia y por eso la comisión cree que es «razonable» que intentó evitar de manera consciente esos controles. El jueves el corredor admitió su culpa pero justificó que era por problemas matrimoniales.

Viaje a los Pirineos en abril

En abril, el danés le pidió a De Rooij que no hiciera público un viaje a los Pirineos porque en ese periodo tenía que haber estado en México, según los datos que facilitó a la UCI.

El director general de Rabobank dio a entender a Rasmussen que no quería servir de tapadera y que el ciclista debería proporcionarle a la UCI informaciones correctas.

«La responsabilidad está completamente en tus manos», contestó De Rooij en un correo electrónico a Rasmussen.

Antes del inicio del Tour, la UCI dio a entender que «formalmente» no se le podía negar a Rasmussen que tomara la salida, y el danés salió en Londres.

Sin embargo, la comisión Vogelzang estima que De Rooij se escudó demasiado tiempo detrás de esta explicación de la UCI antes de tomar la decisión de expulsar a Rasmussen.

Además, concluyó que De Rooij se dejó influir demasiado tiempo por el miedo a dañar la reputación del patrocinador y del equipo.