Doce miembros de la Unidad de Intervención de la Policía Foral, entre ellos el jefe de esta unidad antidisturbios -antiguo policía nacional español-, tuvieron que declarar recientemente como imputados por las denuncias presentadas contra ellos por dos jóvenes que el pasado 23 de enero resultaron heridos durante el desalojo de la herriko taberna de la calle del Carmen.

Aquel día, después de que se produjeran diversos incidentes en Alde Zaharra de la capital navarra y la Policía española interviniera para disolver a grupos de desconocidos que les lanzaban piedras, cuando en la zona no se producían ya altercados, agentes de la Policía Foral irrumpieron en el barrio y cargaron contra la gente que disfrutaba de la noche en los establecimientos hosteleros, hirien- do a varias personas.

Los forales cargaron en las calles Jarauta, plaza del Ayuntamiento, Mercaderes, Nabarre-ría, Calderería y Carmen. En es- ta última entraron en la herriko taberna, obligando a las cerca de 50 personas que cenaban en ese momento a ponerse contra la pared. Una de ellas resul-tó golpeada.

Niegan los hechos

Según denunciaron en su día testigos presenciales de lo sucedido, los agentes rompieron vasos del establecimiento y tiraron sillas para después obligar- les a salir de la herriko. En la calle detuvieron a una persona y lanzaron una pelota a tres metros de distancia contra un joven que, pese a caer al suelo malherido, fue pisoteado por los agentes en la espalda.

La persona que fue golpeada dentro de la herriko taberna, el dueño del establecimiento y el joven que recibió el pelotazo denunciaron los hechos, y una docena de agentes han tenido que declarar ante el juez.

Todos los miembros de la Policía Foral negaron los hechos en sus comparecencias a pesar de incurrir en numerosas contradicciones, según reveló la abogada de la acusación Leire Martín, que asistió a los interrogatorios. De hecho, la letrada relató que los policías reconocieron ver a una persona herida dentro de la herriko, pero que ellos no tuvieron nada que ver.

Asimismo, informó de que otros dos agentes más tendrán que declarar en próximas fechas en relación a estos hechos.

«Brutalidad policial»

Por su parte, Askatasuna denunció en un comunicado de prensa «la brutalidad policial de esta sección concreta de la Policía Foral que ha demostrado en demasiadas ocasiones que está al servicio de los intereses de UPN». Agregó que «la impunidad de la que gozan los miembros de esta unidad es palpable, ya que las numerosas denuncias presentadas contra ellos han sido archivadas, lo que da alas a su violencia».

En este sentido, el organismo antirrepresivo destacó que en las últimas fechas «su violen- cia y prepotencia se está extendiendo allá donde se localizan sus nuevas instalaciones, causando problemas en pueblos como Lizarra, Altsasu, Elizondo y Tafalla».