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PROYECTO DE REFOMA DE NICOLAS SARKOZY

Huelgas en cascada

La huelga de carácter indefinido que los trabajadores de los ferrocarriles franceses inician hoy es el preludio de las protestas de otros sectores -metro y autobuses de París, así como funcionarios y estudiantes- y que culminará el día 20 con una gran movilización. Empleados del transporte y del sector energético, funcionarios, estudiantes... En el Estado francés se anuncian a partir de hoy fuertes movilizaciones que podrían llevar al Gobierno a renunciar a ciertas reformas.

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Dante SANJURJO Periodista

Hoy, a las 20.00 horas, siete de los ocho sin- dicatos de la SNCF (compañía de ferrocarriles franceses) iniciarán una movilización por el empleo y contra la reforma de sus regímenes especiales de jubilación. Contrariamente al paro de advertencia, del pasado 18 de octubre, esta huelga puede prorrogarse en días sucesivos.

Igual ocurre con las protestas que iniciarán desde mañana los sindicatos mayoritarios del Metro y de los autobuses de París, así como del sector de la energía (EDF, GDF y más de 180 empresas). Estas protestas deberían contar con una fuerte respuesta: la movilización fue ya muy importante el 18 de octubre (75% de seguimiento en la SNCF, 70% à la RATP -transporte de Metro y autobús- y desde entonces el Gobierno francés no ha hecho sino concesiones mínimas, a ojos de los sindicatos. El Ejecutivo parece querer abocarles a una batalla decisiva para a continuación seguir con sus reformas sin oposición.

Hay otro movimiento de envergadura a la vista: el de los funcionarios, que se manifestarán el 20 de noviembre contra un proyecto de Presupuestos 2008 que contempla la supresión de 22.900 puestos de trabajo y la congelación salarial. La totalidad de los sindicatos de funcionarios llaman a esta primera jornada de huelga. «No ha habido acuerdo salarial en la función pública desde 1998», recuerda Eric Fritsch, secretario general del sindicato reformista CFDT-Funcionarios. «Calculamos que hemos perdido un 6% de poder adquisitivo desde 2000», añade. El Gobierno tiene poco margen de negociación dado el débil crecimiento (se prevé que la economía crezca por debajo del 2% en 2008) y un Presupuesto que prevé ya un déficit de 42.000 millones de euros.

¿Cabe esperar una convergencia entre estos dos movimientos a los que separa una semana? «Una convergencia puede construirse sobre intereses comunes», analiza Gérard Aschieri, secretario general de la FSU, primer sindicato entre los profesores. «A diferencia del 18 de octubre, hoy está claro que tras los trabajadores del ferrocarril serán el resto de los trabajadores los que se verán afectados por la reforma de las pensiones, con el paso a los 41 años de cotización que se anuncia para el año que viene. Es muy posible que una parte de los trabajadores del transporte continúen con la huelga hasta el 20 de noviembre o que la retomen ese día, con lo que estaríamos al menos ante una convergencia cronológica». La coincidencia geográfica de los distintos cortejos es más incierta.

«Si se produce una mezcla de movimientos entre los regímenes especiales, los funcionarios y no sé si alguien más, puede ejercer el derecho de retirarse», advierte François Chérèque, secretario general de la CFDT, segundo sindicato más representativo después de la CGT. Esta central teme un «movimiento político» contra el gobierno. Por su parte, la CGT apuesta por esa convergencia y acusa al Gobierno de tratar de romper el frente sindical al negociar prioritariamente con algunos.

Otra amenaza para los planes del Gobierno: sindicatos de estudiantes han llamado a secundar la movilización del 20 de noviembre en vista de que la mitad de los puestos a suprimir en la función pública conciernen a Educación. Al mismo tiempo, una decena de campus iniciaron la semana pasada una movilización contra la reforma sobre la autonomía de las universidades. Y ese movimiento de contestación parece ganar terreno.

Nota. Dos errores involuntarios se deslizaron en el artículo publicado el 18 de octubre sobre el movimiento de protestas sociales. Fue la dirección de la CGT -y no de la CFDT- la que, contrariamente a su base, no se mostró dispuesta a ampliar el movimiento de protesta. Y no todos los sindicatos de funcionarios llamaron a esa primera huelga, lo que dió lugar a este llamamiento unitarios para el 20 de noviembre.

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