Llega la Copa, una competición que despierta grandes ilusiones en numerosos equipos. Sobre todo en los más humildes, pero también en el Athletic, que ve en el torneo del k.o. la posibilidad de revivir parte de una historia cada vez más lejana.

El problema es que la Copa llega rodeada, también, de peligros. No tanto por la acumulación de partidos, llevadera en el caso de un Athletic sin, por desgracia, competición europea que llevarse a la boca. Pero sí por todo lo que no sea firmar un digno papel. Ya nadie se lleva las manos a la cabeza cuando David se come a Goliath -aunque en eliminatorias a doble partido sea más complicado- pero no es, evidentemente, lo que mejor le vendría a un equipo como el rojiblanco, especialmente necesitado de buenas noticias.

Por eso, los bilbainos esperan encarrilar, si no sentenciar, la eliminatoria esta misma noche, para convertir el partido de vuelta en San Mamés, el próximo mes de enero, en poco más que un trámite. No debería costarle demasiado. Al Athletic no le van especialmente bien las cosas en Liga, pero tampoco está para echar cohetes un Hércules confeccionado para el ascenso, empezando desde su banquillo, y que de momento se mueve por la zona media de la clasificación. Eso sí, la defensa rojiblanca deberá estar muy atenta ante un rival que ha marcado en todos sus compromisos salvo, curiosamente, el de este pasado fin de semana, cuando empataba a cero en Castalia.

Yeste, titular

No está nada claro con qué mimbres afrontará el choque Joaquín Caparrós, que ayer ni siquiera quiso adelantar su convocatoria, conformada hasta los descartes de última hora, por los 21 jugadores que han realizado la doble expedición a Barcelona y Alicante. El técnico rojiblanco tampoco adelantó si Dani Aranzubia defenderá la portería, aunque sí el regreso a la titularidad de Fran Yeste.

De todos modos, parece seguro que reformará su once titular -reconoció ayer que quiere jugadores «frescos»-, con no menos de nueve cambios.