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Bhutto, en arresto domiciliario horas antes de la «gran marcha»

Horas después de que Benazir Bhutto anunciara la ruptura de relaciones con Pervez Musharraf y llamara a movilizarse contra el estado de emergencia, cientos de policías rodearon el domicilio donde se aloja en Lahore y le comunicaron que estaba bajo arresto domiciliario, en principio, de siete días. El viernes ya lo estuvo. La líder de la oposición había asegurado que, pese a las prohibiciones, hoy encabezaría la protesta de tres días que unirá Lahore con Islamabad.

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El Departamento de Interior de la provincia de Punjab ordenó ayer por la noche la detención de la ex primera ministra Benazir Bhutto, que se había trasladado a Lahore para encabezar la «gran marcha» de tres días que unirá esta ciudad con Islamabad. «Ha sido detenida y no se le permitirá salir fuera», fueron las palabras del jefe de operaciones de la Policía de Lahore, Aftab Cheema. En principio, la orden de arresto se prolongará durante una semana. El viernes ya lo estuvo durante unas horas en su casa de Islamabad.

Antes de que policías rodearan la vivienda donde estaba alojada en Lahore, propiedad de un diputado de su partido, la líder del principal del Partido Popular de Pakistán dio por terminadas las negociaciones con el general Pervez Musharraf para un eventual reparto del poder tras las elecciones.

«No podemos trabajar con nadie que suspende la Constitución, que impone el estado de emergencia y oprime al poder judicial», subrayó. Asimismo, amenazó con boicotear los comicios parlamentarios de enero.

«Estamos diciendo que no habrá más conversaciones. Ha habido un cambio con respecto a mi anterior política», incidió en declaraciones a los medios y llamó a movilizarse. El Gobierno le recordó que «todas las marchas, concentraciones y reuniones políticas están prohibidas».

Desde un inicio, Gran Bretaña y Estados Unidos han apoyado las conversaciones entre Musharraf, fiel aliado de Washington en la zona, y Bhutto, con el fin de unir a dos figuras pro occidentales y neutralizar a los talibán y al Qaeda.

De hecho, el acuerdo alcanzado entre ambos le permitió a Bhutto regresar a Pakistán tras ocho años de exilio. El general golpista le conmutó los numerosos cargos de corrupción que pesaban sobre ella.

El mismo día de su llegada, un atentado kamikaze acabó con la vida de cerca de 140 personas. La creciente ola de atentados así como la posible anulación, por parte del Tribunal Supremo, de la candidatura de Musharraf sirvió de base al general golpista para decretar el estado de emergencia y ordenar la detención de unas 3.000 personas, la mayoría abogados, magistrados, activistas por los derechos humanos y miembros de la oposición.

La negativa a revocar el estado de excepción, exigencia tanto de George Bush como Gordon Brown, ha llevado a analistas y defensores de los derechos humanos a dudar de la legitimidad de las elecciones. Los medios de comunicación no estatales coincidieron ayer en denunciar que el estado de urgencia coarta la libertad de la prensa y la de los partidos, y prohíbe toda reunión y, por tanto, la realización de campañas electorales.

«Cualquiera puede ser encarcelado en virtud de la enmienda de la ley sobre el Ejército», destacó a AFP al general retirado y experto politólogo Talat Masoo. Según esa enmienda, los tribunales militares están autorizados a juzgar a civiles.

falta de legitimidad

Tanto medios no estatales como analistas pusieron en duda la legitimidad de los comicios, ya que todo parece indicar que se celebrarán bajo el estado de emergencia y con la Constitución suspendida.

Los países de la Commonwealth amenazan con suspender a Pakistán

Los ministros de Exteriores de la Commonwealth amenazaron con suspender a Pakistán si Pervez Musharraf no levanta el estado de excepción antes del próximo día 22.

En la reunión, convocada la pasada semana en respuesta a la situación paquistaní, la Commonwealth consideró que el país «ha violado» los valores de esta mancomunidad y amenazó a Musharraf con «adoptar medidas si no restaura los valores democráticos» y deja la jefatura de las Fuerzas Armadas. Le urgieron también a que «devuelva la independencia al poder judicial». GARA

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