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dos trabajadores continúan en estado muy grave en Cruces

Un joven trabajador muere en una explosión en una empresa de Elorrio

Un joven trabajador de 22 años falleció ayer como consecuencia de las quemaduras que sufrió tras la explosión en la empresa Leunketan 2003 SL. En la misma, otros cinco trabajadores resultaron heridos, dos de ellos se encuentran con pronóstico muy grave en la unidad de Grandes Quemados del hospital de Cruces. LAB, por otro lado, dio a conocer la muerte de un arrantzale de Bermeo en las Seychelles en la pesca de atún. Con ambos, suman ya 105 muertes este año.

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Juanjo BASTERRA | BILBO

Txaber Oregi, de 22 años, falleció en un accidente laboral a consecuencia de graves quemaduras tras la explosión que se produjo a las 10.25 en la empresa Leunketan 2003 SL, ubicada en el barrio Betsaide, de Elorrio. Esta empresa se dedica a la recuperación de metales férricos.

El accidente implicó a otros cinco trabajadores, dos de los cuáles se encuentran con pronóstico «muy grave» en la Unidad de Grandes Quemados en el hospital de Cruces. Responden a las iniciales J. A. B. S., de 31 años, y A. D. M., de 48 años. Los otros dos sufrieron diversas heridas leves e inhalación de humos, pero sin consecuencias graves para su salud. A este desenlace fatal hay que añadir la muerte reciente del arrantzale Jon Etxeberría Solabarrieta, de 53 años, casado y con dos hijos. Afiliado al sindicato LAB, murió el pasado 12 de noviembre cuando faenaba en un atunero congelador, perteneciente a la empresa Inpesca, por la islas Seychelles. Aunque se desconocen los detalles concretos, LAB informó ayer que «parece ser que la muerte fue por un infarto».

Hace tan sólo una semana se conoció la última encuesta sobre condiciones laborales en la que se advertía que el 71% de los trabajadores está expuesto a riesgos de accidente en su trabajo. La dura realidad confirma día a día esta situación por la que atraviesan 820.000 trabajadores de Hego Euskal Herria. En esa misma encuesta, elaborada por el Ministerio español de Trabajo y Asuntos Sociales, se reconocía que casi la mitad de los trabajadores (47,6%) denunciaba que «no habían recibido ni formación ni información sobre los riesgos para la salud» que entraña el puesto de trabajo donde permanecen diariamente, al menos, ocho horas.

Aunque todavía se desconocen todos los extremos del accidente laboral de Elorrio, fuentes de Osalan adelantaron que se produjo en el taller de mecanizado de piezas. «Parece que dos operarios estaban efectuando trabajos de soldadura en la parte superior del pabellón industrial. En un momento dado, las chispas producidas en la operación han caído sobre recipientes abiertos que contenían magnesio en polvo, produciéndose una deflagración». Como consecuencia de esa situación, «seis personas se han visto afectadas, una mortalmente», precisó el avance oficial.

Otras fuentes aseguraron que los operarios echaron agua para intentar apagar el fuego y esa acción produjo la explosión, ya que este tipo de fuego sólo se puede extinguir con arena porque, si se intenta con agua, explota el magnesio. Txaber Oregi fue el que recibió el impacto mayor y, según los datos ofrecidos por Osakidetza, tenía quemaduras en el 95% de su cuerpo e ingresó cadáver en el hospital de Cruces.

De hecho, los bomberos de Iurreta y de Basauri que acudieron a apagar el incendio tuvieron que emplear arena seca para evitar el contacto con el agua.

Muy graves

Según el parte médico del hospital de Cruces de ayer por la tarde, los dos trabajadores que se encuentran ingresados se encuentran muy graves. Así, J.A.B.S:, de 31 años, presenta quemaduras de tercer grado en el 40% de la superficie corporal, «afectando a cara, cuello y vías aéreas, por lo que precisa de ventilación mecánica». Además, presenta otras lesiones de politraumatismo. El otro, A.D. M., de 48 años, presenta quemaduras de tercer grado «en el 60% de la superficie corporal, afectando a la cara, cuello y vías aéreas, por lo que también precisa ventilación mecánica». Este presenta, además, una contusión pulmonar, lo que agrava su estado.

Nada más conocerse algunos detalles del accidente mortal, los diferentes sindicatos denunciaron la falta de seguridad que se produce en las empresas. LAB llamó ayer «a incrementar la movilización social y sindical en contra de esta tragedia humana» y también para denunciar «las condiciones de trabajo que un día sí y otro también hacen posibles estas muertes, la del joven de Elorrio y la del arrantzale de Bermeo, afiliado nuestro».

A juicio de esta central sindical, «es preciso investigar no sólo las causas inmediatas, sino las básicas que provocaron estos dos últimos accidentes mortales que hemos conocido». En el caso del arrantzale Jon Etxeberria Solabarrieta, de 53 años, «las mareas de cuatro meses de trabajo, sin casi descansos, de ritmos estresantes y de lejanía de lugares de asistencia médica».

Falta de formación

En cuanto al accidente mortal de Elorrio, que acabó con la vida del joven trabajador Txaber Orio, la central sindical afirmó que «hemos de hablar de una microempresa, muchas veces sin el mínimo control, de subcontratación de actividades con riesgos para los trabajadores autónomos, de que, posiblemente, nadie informó de la existencia de esos palés con un material tan combustible como el magnesio y de que, en caso de un incendio de ese material, no se debe de echar agua, sino arena». LAB consideró que una evaluación de ese tipo implicará acceder «a las causas, pero también descubrir y poner en evidencia a los causantes y responsables».

En este sentido, LAB hizo un llamamiento a instituciones y responsables políticos para que «reaccionen de una vez ante esta tragedia humana que se está cobrando decenas de vidas cada año. Vidas obreras, que parece que no merecen ni el esfuerzo ni la protección, ni la asistencia que se ofrece en otros casos». ELA consideró «imprescindible» la coordinación entre las subcontratas y las empresas principales para garantizar la seguridad». Janire Domínguez, responsable del Area de Salud de esa central sindical, afirmó que en el accidente de Elorrio ha quedado demostrado que «la no adopción de las medidas de seguridad oportunas en el trabajo tiene consecuencias irremediables». También afirmó que «los datos de siniestralidad laboral siguen siendo inaceptables. Tenemos el triste honor de seguir liderando a nivel de la UE, una año más de forma destacada, dos estadísticas: líderes en temporalidad y en siniestralidad». CCOO de Euskadi «ve indicios de falta de coordinación e información sobre riesgos», sobre todo todo lo que tiene que ver con las sustancias químicas. Esta central aseguró que «el fallecido era autónomo».

Por otro lado, ANV de Elorrio denunció la muerte del trabajador de la localidad y culpó a los empresarios y a los gobiernos autonómicos de Hego Euskal Herria de la «sangría humana» y de «la elevada precariedad laboral». El alcalde de Elorrio, Niko Moreno, participará en las concentraciones de repulsa por el accidente y en el pleno de hoy hará una declaración institucional. Batasuna también criticó el accidente y consideró necesario «sacar a la calle este problema».

fallecidos

En lo que llevamos de este año en Euskal Herria han fallecido, al menos, 105 trabajadores, lo que demuestra la elevada peligrosidad con la que se está trabajando en las empresas vascas.

Concentración de LAB

LAB ha convocado hoy a las 12.00 una concentración en la plaza del Ayuntamiento de Elorrio para mostrar el rechazo ante la falta de seguridad y medidas preventivas en las empresas vascas, que provocan los accidentes de trabajo.

colectivos sociales

200 personas se concentraron ayer en la localidad vizcaina a convocatoria de los colectivos sociales. A la misma se sumó LAB. Se denunció la falta de seguridad laboral que sufren los trabajadores vascos y, en concreto, la muerte del joven vecino de Elorrio.

El contacto del agua en acerías y otros productos químicos es mezcla explosiva

La explosión en la empresa Leunketan 2003 SL no es la primera y , por desgracia, no será la última que se produzca en alguna empresa ubicada en Hego Euskal Herria. La falta de seguridad y de salud en los centros de trabajo es una constante. Se trabaja con productos y maquinaria de alto riesgo y los trabajadores ni son formados ni informados de los riesgos. Es así. En la última encuesta sobre condiciones laborales, se reconoce que a un 75% de los trabajadores no se les ha realizado una evaluación o un estudio de los riesgos en su puesto de trabajo. La encuesta destaca que a un 25,5%, es decir, 308.877 trabajadores vascos, sí que se les ha controlado el riesgo; al resto de los ocupados, nada. Trabajar en fundiciones con coladas de acero que se encuentran a elevadísimas temperaturas, trabajar con productos químicos y maquinaria sin seguridad son el pan de cada día para muchos trabajadores. El contacto del agua con el acero líquido o, como el caso de ayer en Elorrio, con el magnesio supone, «una bomba».

Muchas veces los representantes de los trabajadores reconocen que las empresas «son bombas de relojería», porque no se respetan todas las medidas de seguridad.

En julio de 1999 una explosión en un horno de fundición de Amurrio Ferrocarril provocó la muerte de un trabajador y lesiones a una decena más. La colada salía por un medio mecánico que fallaba y, en un momento dado, se cayó con la mala fortuna de que en el foso había agua, «que tendría que haber estado impermeabilizado». Explotó. En julio de 2004, se produjo otra explosión de un horno de fundición en la Acería Compacta de Bizkaia, filial de Arcelor Mittal. Unas instalaciones nuevas, pero que no pasan los controles suficientes. El agua, de nuevo, fue protagonista de la explosión, que hirió a unos cuantos trabajadores. Otra deflagración se produjo en setiembre de 2006, esta vez en la zona de la escoria en contacto con el agua. Y en Acerálava, la filial de Tubacex, también explotó, por los mismos motivos. Los trabajadores son los que sufren todo esto. J. BASTERRA

SangrÍa

Las centrales sindicales y los representantes políticos como ANV y Batasuna se sumaron ayer al llamamiento a «parar la sangría» que se está produciendo en el mundo del trabajo por la falta de medidas de seguridad y la aplicación de la legislación.

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