Aprincipios de mes, una escueta frase entre las respuestas a una entrevista que un periódico local realizó al presidente del Consejo General de los Pirineos Atlánticos dejó entrever que Jean-Jacques Lasserre había decidido abandonar el proyecto de autovía trasnavarresa, también conocido por proyecto 2x2, que con tanto ahínco ha defendido durante los últimos años.

Lasserre basaba su decisión en las conclusiones del debate sobre el Medio Ambiente (Grenelle de l'Environnement) que, cumpliendo la promesa de campaña de Nicolas Sarkozy, ha tenido lugar recientemente en todo el Estado. Entre ellas, la de no financiar en los próximos años grandes infraestructuras de transporte terrestre.

La asociación Leia, que también lleva años oponiéndose al proyecto de autovía que uniría Salies de Béarn a Iruñea pasando por la mitad de Nafarroa Beherea, afirmaba literalmente el mismo día que «no se creían las palabras de Lasserre», ya que en otras ocasiones, en especial si se aproximan periodos electorales como es el caso ahora, han solido constatar que el presidente de la institución departamental acostumbra a «dejar en el frigorífico», -como lo manifestó hace unos meses- el proyecto autoviario.

Los representantes del colectivo anti 2x2 instaron a Lasserre a efectuar en el foro de su institución, es decir en la propia sede del Consejo General, una declaración que corroborara oficialmente su afirmación.

Ni fondos ni apoyo local

Pues bien, Jean-Jacques Lasserre lo ha hecho hace unos días ante el pleno del Consejo General reunido en Pau para aprobar los presupuestos de 2008. En su alocución, indicó que ha «observado con gran atención» las conclusiones del Grenelle y que «constata que el Estado no va a comprometerse en la financiación de infraestructuras viarias importantes por lo que no se dan las condiciones necesarias para seguir adelante con el proyecto». Además, -aspecto novedoso en su discurso- reconocía que «la falta de apoyo de la población local y la oposición manifestada por la misma» habían pesado también en su decisión.

A tenor de estas palabras parecería que después de diez años de debate, movilización y presión popular, Lasserre se ha dado por vencido. Sin embargo, los miembros de Leia siguen desconfiando. Christine Maynard una de las portavoces habituales del colectivo ha declarado a GARA que temen que «no sean más que palabras en el aire ya que Lasserre no quiso, aunque algunos consejeros generales se lo pidieron, oficializar por medio de una votación tal decisión».

Sospechas que pueden verse acrecentadas por la ambigüedad de unas declaraciones del consejero del cantón de Donapaleu, Barthelemy Aguerre, a una radio local en las que apuntaba que podía tratarse de una «renuncia coyuntural y no definitiva» porque en este momento no se dan las condiciones para seguir con el proyecto.

Tampoco ayudan a creer lo que dice el presidente del Consejo General las manifestaciones de la consejera navarra de infraestructuras, Laura Alba, que afirmó unos días después de la publicación de la entrevista a Lasserre «sentirse sorprendida y preocupada» por sus declaraciones, pero que «el proyecto seguía teniendo toda su vigencia» porque nunca había estado supeditado a la financiación del Estado o del Consejo de Aquitania. Apuntó Alba que iba a intentar «reunirse lo antes posible con los responsables franceses» para aclarar la situación.

Seguramente la consejera tendrá más suerte que los colectivos y consejeros generales opuestos a la autovía, a los que Lasserre espetó que él tiene «la costumbre de ser muy claro y que no hacen falta actas ni votos para oficializar sus propósitos». Lo que es evidente es que en todo este embrollo de declaraciones no queda claro si abandona o no definitivamente el proyecto 2x2.