Dos de las ONG que operan en Bangladesh, Oxfam y Acción Contra el Hambre, pidieron el envío urgente de ayuda, principalmente de alimentos, agua potable y cobijo. El balance de daños ocasionados por el paso del ciclón Sidr es aún muy provisional. El Gobierno ya ha confirmado la muerte de más de 3.000 personas, pero organismos como la Media Luna Roja temen que esta cifra aumente hasta los 10.000 fallecidos.

La responsable de Oxfam en el país asiático, Heather Blackwell, alertó de que tan sólo en un día el número de muertos pasaron de 1.500 a más de 3.000. La prioridad de los servicios de rescate en estos momentos es encontrar a supervivientes, una verdadera carrera contra la muerte. La gente teme morir de hambre y sed, ya que algunos no han comido nada desde el jueves pasado.

«El Gobierno y el Programa Mundial de Alimentos han distribuido comida en las zonas afectadas pero todavía hay una gran parte de la población que necesita agua potable, alimentos secos y cobijo», destacó Blackwell. Y es que la ayuda está llegando con cuentagotas, en parte, porque la mayoría de las vías siguen bloqueadas.

«Nuestro principal problema en estos momentos está en los problemas de comunicación, los cortes de electricidad y la imposibilidad de hablar por teléfono, ni siquiera a través del satélite. Estamos muy preocupados porque tememos que los daños son mayores de lo que se está informando actualmente», subrayó el jefe de la misión de Acción Contra el Hambre en Bangladesh, Samir Maleh.

«El acceso a las áreas es muy difícil. Un viaje en coche que normalmente costaba cinco horas, a un equipo de Oxfam le ha llevado un día y medio a causa de los escombros acumulados», relató.

El ministro bengalí de Asuntos Exteriores, Iftekhar Ahmed Chowdhury, reconoció que «la magnitud de la calamidad ha sido demasiado grande».