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Recta final a la independencia de Kosovo

La UE insiste en tratar de poner paños calientes a lo inevitable

La Unión Europea, incapaz por enésima vez de reaccionar a tiempo y de común acuerdo en la arena internacional, quiere hacer pagana de sus carencias a la población de Kosovo. Así, decidió ayer que insistirá en presentar alternativas a la independencia del enclave en un proceso de mediación totalmente agotado y que presionará a sus dirigentes para que se retracten y no declaren su independencia de forma unilateral al final de la actual ronda de negociaciones.

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Dabid LAZKANOITURBURU

«Hemos explorado todas las opciones humanas conocidas». Así de tajante y a la vez resignado se mostró el alemán Wolfgang Ischinger, representante europeo en la Troika (UE, EEUU y Rusia), protagonista desde el verano el último intento para buscar un acuerdo sobre el futuro estatus de Kosovo.

Ischinger informó ayer a los ministros de Exteriores de los Veintisiete sobre el estado de la cuestión, dos días después de que las elecciones en Kosovo dieran el triunfo a un ex dirigente de la guerrilla independentista albano-kosovar UÇK (Ejército de Liberación de Kosovo) y en víspera de una nueva reunión hoy de la Troika con los equipos negociadores serbio y kosovar en Bruselas.

Antes de la reunión, el representante comunitario reconoció lo obvio: no hay posibilidades de un acuerdo entre Belgrado y Pristina ni hoy ni en la última reunión, prevista en Viena, de esta última ronda de mediación de tres meses que expira oficialmente el 10 de diciembre. «Nos hemos devanado los sesos (...) y digo esto por si alguien pudiera estar tentado de decir: sigamos con las negociaciones».

Este nuevo plazo se abrió después de que Moscú bloqueara la propuesta de independencia, supervisada y con una fuerte descentralización para la minoría serbia, presentada por la ONU tras una mediación iniciada en enero de 2006.

Tanto Rusia, que amenaza con vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU toda resolución que reconozca el derecho de autodeterminación de Kosovo, como Serbia insisten en prorrogar sine die unas negociaciones en punto muerto total.

La práctica totalidad del arco parlamentario de Kosovo, excluida la minoría serbia, ha prometido a la impacientada y aplastante mayoría albano-kosovar que declarará la independencia unilateralmente en caso de que la cuestión siga en barrena al expirar el plazo.

Esta advertencia ha cobrado fuerza de mandato electoral tras la victoria en las elecciones legislativas y municipales del sábado pasado del PDK, del antiguo dirigente de UÇK, Hashim Thaci, quien incluyó esa promesa en su programa electoral.

Conscientes de que la declaración de independencia de Kosovo -que, de hecho, la tiene de facto-, es inevitable, los miembros de la Unión tratarán en los próximos días de condicionar el cómo y el cuándo de esa decisión. Y no repararán en gastos.

Ayer mismo, los pasillos de la reunión se convirtieron en un coro de advertencias-amenazas a los líderes kosovares para que no declaren la independencia de forma unilateral y rápida.

«Intentaremos hacer todo lo posible para convencer a los kosovares de que no declaren la independencia sin el apoyo de la comunidad internacional», aseguró el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, quien no dudó en apelar - regalándole simultáneamente los oídos- al futuro primer ministro de Kosovo. «Thaci, que tuvo gran influencia en tiempos de guerra y tiene gran influencia en tiempos de paz, sabe lo que está en juego», le advirtió.

En tono similar, el jefe de la diplomacia sueca, Carl Bildt, insistió en que «Thaci debe comprender la diferencia que hay entre un político en la oposición y un primer ministro responsable (...) Kosovo es, de hecho, independiente de Serbia, pero no creo que Kosovo quiera independizarse de la comunidad internacional», advirtió Blidt, mediador activo en los Balcanes en la década de los noventa.

Un problema interno de la UE

Mas allá de las amenazas, tuvo que ser un diplomático europeo escudado en el anonimato quien arrojara luz sobre la cuestión. Así, situó en el centro del debate lograr un consenso en el seno de la UE «sobre lo que queremos pedir a los kosovares a cambio de que sigamos adelante en este escenario».

Esta fuente reconocía implícitamente que el problema central es la falta de un diagnóstico común en el seno de la UE. Un déficit que entronca con el desacuerdo en torno a un Kosovo independiente. Y un desacuerdo, en definitiva, que tiene su origen en las grandes reservas de algunos estados de la Unión a que un pueblo no colonizado ni reconocido en su día como entidad política soberana (como las ex repúblicas soviéticas o yugoslavas) vea reconocido su derecho a la autodeterminación.

Fuentes estadounidenses reconocieron que los tres meses suplementarios de discusiones entre Belgrado y Pristina iniciados el pasado verano «han sido en realidad un período de negociaciones entre otros países».

Ortodoxos, eslavos y españoles

Tras casi dos años de proceso -a contar desde el inicio de las negociaciones por parte del mediador de la ONU, Martti Ahtisaari-, la UE sigue sin poder presentar una posición común.

Eslovaquia y Rumanía, países ambos eslavos como Serbia, y Grecia y Chipre, que comparten con aquella la religión ortodoxa, serían poco favorables a reconocer la independencia de Kosovo. Se une a este frente del «no» el Estado español, consciente sin duda de los paralelismos que se podrían establecer con naciones sin Estado no reconocidas dentro de sus fronteras.

Un frente con escaso peso en el seno de la UE, donde los otros 22 estados miembros, incluido el núcleo duro de la Unión, estarían dispuestos, con mayor o menor entusiasmo, a reconocer la evidencia.

Todo apunta, pues, a que no habrá veto en el seno de la UE aunque este reconocimiento de un Kosovo independiente se hará de forma unilateral y escalonada por los países que así lo decidan. Tampoco parece haber consenso sobre la fecha. Gran Bretaña abogaría por pedir un plazo de tres meses. Ello permitiría sortear las presidenciales en Serbia, donde los panserbios del SRS son mayoría. Coincidiría, en ese caso, con la Presidencia de turno de la UE en manos de Eslovenia, la primera república yugoslava que logró su independencia.

Por contra, el Estado francés defendería en todo caso retrasar el reconocimiento de la independencia de Kosovo hasta julio de 2008, cuando coja el testigo de la Presidencia. Grandeur obliga, trataría así de ligar la cuestión kosovar con un avance en las negociaciones de adhesión de Serbia a la UE.

Que ésta llega siempre tarde y mal es un hecho sabido. Cabe recordar que nada hizo la Unión cuando Serbia decidió reprimir, a finales del siglo pasado y manu militari, las aspiraciones soberanistas kosovares. La misma UE que años después, en 1999 y a rebufo de EEUU, intervino para detener la limpieza étnica puesta en marcha por los serbios contra los albano-kosovares. La misma UE, en definitiva, que se escuda ahora en vetos rusos y en amenazas de inestabilidad balcánica para exigir a los kosovares que carguen con las consecuencias de su indecisión.

«No podemos esperar a que todos los estados estén de acuerdo para reconocernos», recordó ayer el vencedor en las elecciones en Kosovo. «Corresponde a Kosovo decidir sobre su independencia», recordó Thaci en entrevista a un diario alemán, «y pido para ello el apoyo internacional».

Responsabilidad de la tensión

Thaci no habla a humo de pajas y es consciente de lo delicado de la posición de la clase política kosovar, que podría convertirse en el blanco de la insatisfacción popular, tal y como dejó entrever la escasa participación en las elecciones del sábado.

Insensible al desaliento, el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, insistía ayer en que la UE presentará a Rusia su propuesta de trasladar a los Balcanes el modelo de acuerdo fundamental de 1972 firmado por las dos Alemanias y que permitiría a Serbia y Kosovo tener relaciones sin precisar el estatus del enclave.

Rusia advierte

Rusia advirtió a Kosovo de que «se abstenga de cualquier acción que pueda conducir a una desestabilización de la región». El ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, habló por teléfono con su homólogo alemán, Frank Walter Steinmeier.

lAS DOS ALEMANIAS

Un diplomático de la UE recordó que Rusia se opone a la propuesta importada de las negociaciones entre las dos Alemanias en plena Guerra Fría y advirtió de que, en todo caso, no resuelve nada sobre la cuestión central, el estatus de Kosovo.

BATASUNA

Batasuna felicita al pueblo kosovar por su apuesta por la independencia e insta a la comunidad internacional a respetar esta decisión democrática. Denuncia la «nada sorprendente» postura contraria y «antidemocrática» del Estado español.

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