Una secta rusa espera atrincherada el fin del mundo y amenaza con inmolarse
Una treintena de personas pertenecientes a la secta autodenominada Auténtica Iglesia Ortodoxa Rusa permanecen atrincheradas en un búnker subterráneo en la ciudad de Nikolskoye a la espera del fin del mundo y amenazan con inmolarse si son obligados a salir.
GARA |
«Dicen que todo es diabólico en el mundo. Que la globalización es diabólica. Esperan la llegada del anticristo», explica el padre Alexeï, que acudió a rezar al lugar en el que una treintena de integrantes de la secta Auténtica Iglesia Ortodoxa Rusa permanece atrincherada esperando la llegada del fin del mundo, que predicen para mayo de 2008 -cálculo que, según las autoridades, realizaron estudiando las estrellas-. Entre los atrincherados en un refugio subterráneo en las inmediaciones de Nikolskoye hay cuatro niños.
El padre Alexeï añadió que «ellos mismos se han encarcelado por un sueño que no existe».
Los seguidores de la secta atrincherados, que serían en su mayoría mujeres amenazaron, además, con inmolarse y hacer saltar todo por los aires con bombonas de gas y los 370 litros de gasolina que dicen tener almacenados si las fuerzas de seguridad tratan de desalojarles de su refugio, ubicado en el fondo de un barranco, donde están convencidos de estar a salvo de la llegada del fin del mundo.
La zona del barranco, donde están refugiados desde hace dos semanas, está cubierta de nieve y barrida por vientos. La temperatura en el lugar es de entre cinco y diez grados bajo cero.
Los seguidores de la secta, a pesar del frío, se niegan a atender los llamamientos de las autoridades, civiles y religiosas, para que depongan su actitud y para que dejen salir a los niños, pretendiendo erigirse en representantes de la «verdadera» Iglesia Ortodoxa.
Yevgeny Gusenov, portavoz del Gobierno regional, manifestó que las autoridades intentarán encontrar a negociadores con experiencia para entablar un diálogo, tras los infrucuosos intentos realizados por un grupo de sacerdotes ortodoxos rusos con los que los miembros de la secta se niegan a hablar.
Cuatro toneladas de comida
Boris Koulagine, representante del Parlamento local, expresó su preocupación por los cuatro niños del grupo y aseguró que algunos de los adeptos son antiguos militares armados. «Nos han dicho que los dejemos tranquilos. Que si intentamos forzarles a salir, se inmolarán», explicó a France Presse. Añadió que «pensamos que son treinta, pero pueden ser más, y tiene cuatro toneladas de comida».
El líder de la secta, el autoproclamado profeta Pyotr Kuznetsov, no se encontraba ayer con sus seguidores. Kuznetsov, con quien los atrincherados se comunican a través de escritos, fue acusado la semana pasada de crear una organización religiosa relacionada con la violencia y su sometido el viernes a diversos exámenes siquiátricos.
Habitantes de la Nikolskoye, de donde procede Kuznetsov, afirman que los adeptos, a los que Kuznetsov «ha lavado el cerebro», vivían pacíficamente desde hace varios meses en la localidad, vestían grandes ropas negras y rechazaban comodidades modernas como la electricidad o el teléfono. Los miembros de esta secta creen en el rezo como medio de curación superior a la medicina.
Los equipos de rescate han hallado los cadáveres de al menos ochenta mineros en la mina ucraniana donde la madrugada del domingo se produjo una explosión de metano que dejó cien desaparecidos. Las labores de rescate tuvieron que ser interrumpidas debido a un incendio.
Las sectas se multiplicaron en Rusia tras la desintegración de la URSS en 1991. Un portavoz de la Iglesia Ortodoxa rusa afirmó que este tipo de hechos son «un perfecto ejemplo de lo que puede pasar en una sociedad que no tiene educación religiosa».