El ejemplo escocés debe servir como espejo y acicate para el Athletic y su entorno
Beñat ZARRABEITIA
Pesa a no entrar en la Eurocopa, la selección escocesa ha dado toda una demostración de lucha y garra durante la fase de clasificación. El último choque, el sábado frente a Italia, fue un ejemplo de casta, derroche, voluntad y pundonor por parte de la Tartan Army. Enfrente, Italia, toda una tetracampeona del mundo y uno de los grandes clásicos del firmamento balompédico que tuvo que sudar la gota gorda para ganar en Glasgow. La humilde Escocia¯un país de sólo 5 millones de habitantes¯ ha logrado poner en jaque a tres selecciones mundialistas en Alemania 2006 como Francia, Italia y Ucrania.
Tres países que en el peor de los casos, multiplican por nueve la población escocesa, pero que han sufrido lo indecible ante su empuje. Un ejemplo, que el Athletic deberían de situar como espejo. Un país pequeño, frente a grandes potencias, minimizando sus limitaciones y explotando sus virtudes. Alguien podrá argumentar que los escoceses, al menos cuentan con todos los mejores de su país, pero, por ejemplo, Lituania y Eslovenia acudieron al Eurobasket sin Illgauskas y Mache o sin Nachbar, Udrih y Vujacic, todos nbas, y también dieron la talla.
Ya lo dijo Valverde, «nosotros tenemos una ventaja sobre el resto: somos el Athletic». Toca poner toda la carne en el asador, como los escoceses, y maximizar las virtudes, especialmente en San Mamés. Quien no lo entienda, que deje paso al siguiente.