Un Baskonia en plena forma, ayer sumó su octava victoria consecutiva, pasó con suficiencia el duro test del Tivoli, donde anteriormente habían caído CSKA y Olympiacos. Con altibajos, la cancha eslovena tuvo para el Tau más del parque de ocio al que evoca su nombre que del temible escenario del que nos habían hablado en la previa.

Pero es que, con la maquinaria cada vez más engrasada, cualquier escenario parece hoy por hoy accesible al equipo que está ensamblando Spahija. Pese a las dudas creadas al inicio, las piezas van tomando cada una su sitio y, pese a las lagunas o «agujeros negros» como los definió el croata, se jugará buena parte del primer puesto ante CSKA en Zurbano el jueves.

Se puede decir que los tropiezos de rusos y Olympiacos en esta cancha le vinieron muy bien al equipo gasteiztarra, que acudió al Tivoli sobre aviso y con la lección bien aprendida. Tras el rápido intercambio de canastas, los de Spahija lograron apretar los machos atrás y de la mano de un Rakocevic exterminador desde el perímetro, 4/5 en triples en el primer cuarto, abrió brecha rápido (16-30).

Pero mientras en Olimpija dos jugadores clave como Dragic y Hukic no carburaban -Milic hizo algo de daño- el bloque azulgrana, con aportaciones de Mickeal y un McDonald que mantiene su progresión, llevó enseguida la diferencia por encima de los 20 puntos. En esta tesitura, Spahija aprovechó la bonanza del marcador para dar descanso a Teletovic y, sobre todo, para dar minutos a Linton Johnson, que se mostró muy activo, sobre todo en el rebote.

La única opción del equipo local era la de volver loco el partido y lo consiguieron soltándose los corsés y metiendo en dinámica a Hukic. El Baskonia no pudo mantener la brillantez ofensiva de la primera mitad y un triple de Dragic acercó a los locales a trece puntos 51-64. No obstante, el esfuerzo fue baldío porque los gasteiztarras consiguieron que la renta fuera de 17 de desventaja 53-70.

Apuros finales

Sin embargo, los eslovenos vendieron cara su derrota y, jugando de la misma manera, volvieron a pegarse al rebufo, llegando incluso a alcanzar la sicológica barrera de los diez puntos con otro triple del base cedido por el Baskonia (63-73).

Sin embargo, los de Spahija comenzaron a sacar provecho de su superioridad interior y, entre un triple de Teletovic y dos robos de Prigioni con sus respectivos contraataques, recuperaron la tranquilidad.