La actriz Adrienne Shelly, conocida por sus interpretaciones para el cineasta Hal Hartley, escribió su tercer largometraje como realizadora, «La camarera», cuando estaba embarazada. Luego, a finales del año pasado, moría violentamente asesinada en su apartamento de Manhattan, sin saber que la película había sido seleccionada en el Festival de Sundance. El recuerdo que deja es el de una comedia dulce sobre una camarera que encuentra más apoyo en sus compañeras de trabajo que en su marido, nada responsabilizado con la futura paternidad. Su manera de superar esos reveses es la elaboración de tartas, con las que participa en concursos de repostería y a las que bautiza con nombres relacionados con las cosas que le pasan.