«Admitámoslo, el hecho es que Hollywood ha sido siempre un maldito lugar extraordinario, siempre», afirmó Pinter en una entrevista publicada ayer por el semanario británico »Time Out».

«Hollywood -continuó el dramaturgo- es, sobre todo, una especie de lugar de mierda. Pero, más allá de ser un lugar de mierda, ha producido las películas más sorprendentes».

Nacido en el barrio londinense de Hackney en 1920, el escritor inglés reveló también que fue precisamente en esa barriada donde nació su interés por el mundo del cine. «Recuerdo que me enamoré de la chica que dirigía el club de cine de Hackney. Le escribí una carta de amor, yo tendría unos 14 ó 15 años. Ella me respondió y me dijo: `Mal suelen convivir vejez y juventud'». Con esta cita de un soneto de William Shakespeare fue como esa muchacha introdujo al mundo de la gran pantalla al Premio Nobel.

Miembro destacado de lo que se llamó «Jóvenes airados», un movimiento cultural que luchaba contra las convenciones a través de sus trabajos y de sus incendiarias declaraciones sobre la actualidad política y social, al ser preguntado sobre si actualmente existe alguien en el cine que cumpla con el «deber político del artista» que tanto predicó en su discurso de recepción del Nobel, el escritor respondió que admira «La vida de los otros», de Florian Henckel-Donnersmarck, porque «verdaderamente aborda algo y está hecha de maravilla».

Guionista de «Sleuth», último trabajo del británico Kenneth Branagh, Pinter, de 77 años, destacó que, a pesar del cáncer que le diagnosticaron en 2002, aún sigue en activo. Y al final adviertió: «Mis opiniones no cambiarán mientras tenga energía suficiente para levantarme de esta silla».