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Esfuerzos «in extremis» para tratar de salvar la grave crisis política libanesa

Tras dos meses de retraso, y a 24 horas de que expire a medianoche de hoy el mandato del presidente Emile Lahud, el Parlamento seguía sin alcanzar un acuerdo para nombrar a su sucesor. La oposición, que despachó antes con París, propuso una solución salomónica.

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Cuando faltaban 24 horas para que expirara el plazo para la elección del nuevo presidente de Líbano, el líder cristiano Michel Aoun, alineado actualmente con la oposición al Gobierno pro-occidental de Fuad Siniora, propuso una solución salomónica a la crisis.

Aoun propuso que la oposición, en la que se sitúa su formación política junto con los chiítas de Hizbullah y Amal, entre otros, nombre a un candidato interino que no pertenezca a este bloque y que su mandato termine fulminantemente después de las elecciones legislativas previstas para 2009.

Como contrapartida, propuso que el líder de la mayoría pro-occidental, Rafic Hariri, nombre a un jefe de Gobierno que tampoco pertenezca a su coalición Corriente de Futuro. Aoun presentó esta iniciatva a los jefes de la diplomacia francesa, Bernard Kouchner; italiana, Massimo d´Alema, y española, Miguel Angel Moratinos, que se encontraban ayer en Beirut en pleno esfuerzo diplomático.

Aoun también conversó por teléfono con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien contactó, asimismo, con Hariri.

Por contra, la diputada progubernamental Solange Gemayel, perteneciente a un poderoso clan cristiano, anunció que la sesión parlamentaria prevista para hoy había sido retrasada. Este extremo no había sido confirmado a la hora de escribir estas líneas por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, miembro del grupo chiíta Amal.

La elección del presidente se ha retrasado otras cuatro veces en los últimos dos meses debido a la falta de consenso entre ambos bloques.

A las 12 de la noche de hoy, y en virtud de la Constitución, expira el mandato del actual presidente, el crítico con las injerencias occidentales Emile Lahud.

«Último día antes de la hora H. Un milagro o el vacío político», titulaba en primera página el diario progubernamental «An-Nahar». «No se encuentra la llave de la presidencia», coincidía el opositor «As-Safir».

La Constitución libanesa estipula que la Presidencia del país debe ser detentada por un cristiano, mientras el cargo de primer ministro se reserva a un sunita y la Presidencia del Parlamento a un chiíta.

Líbano vive desde hace dos años una grave crisis política entre un Gobierno que amenaza con hacer estallar el frágil equilibrio político-institucional en el país de los cedros y una oposición que, coliderada por Hizbullah, está en el punto de mira de Occidente por sus presuntos vínculos con Siria, «bestia negra» para Washington.

SAlomónica

El opositor y cristiano general Michel Aoun propuso a última hora una solución salomónica: ambos bloques elegirían presidente interino y primer ministro pero fuera de sus respectivas filas.

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