En la prisión de Tulle encerró el general De Gaulle al líder de la OAS, Raoul Salan
Maite UBIRIA Periodista
La prisión en la que ha intentado quitarse la vida un ciudadano vasco al que se ha encarcelado, alejado y luego aislado sin que pese sobre él condena firme tiene su pequeña historia. Esa prisión se encuentra perdida en el centro del Estado francés, en el departamento de la Corrèze, tierra natal del ex-presidente Chirac, y a ella fue llevado en su día un general faccioso. Se trataba nada menos que de Raoul Salan, más conocido como Soleil, uno de los líderes de la Organisation Armée Secrète (OAS), que se haría conocida por llevar a cabo más de un millar de atentados con los que intentó remachar manu militari la consigna de «Viva la Argelia francesa» (1958) que coreó el mismo presidente que se vería obligado tras una sangrienta guerra a aceptar la autodeterminación de ese territorio del Magreb. La OAS, dirigida por Salan, se gestó en una reunión en Madrid, con el telón de fondo del golpe de los generales en Argel (abril 1961). Durante su etapa en activo, la OAS llevó a cabo mil atentados, y mató a quince personas, en su mayoría personalidades del mundo político, sindical y cultural que se decantaban por la independencia de Argelia. Pero De Gaulle no tuvo más remedio que renunciar a esa posesión colonial, y Salan, un veterano de las principales batallas libradas por la Francia imperial, fue arrestado. Sin embargo, Salan era un rehén incómodo. Así que el Gobierno francés optó por someterlo al ostracismo en una pequeña prisión, en un remoto departamento, en una tierra sin grandes centros urbanos, poco accesible y con poca población. Lo llevó a Tulle. Seis años después era amnistiado y en 1982 Salan y los suyos fueron rehabilitados con honores. Pero, ésa ya es otra historia.