GARA > Idatzia > Kultura

«`Cinema do mar' presenta melodías universales de películas en clave celta»

p052_f01_148x152.jpg

CARLOS NÚÑEZ

músico

Nacido en Vigo en 1971, Carlos Nuñez es una de los más prestigiosos compositores, interpretes de gaita y estudiosos de la música Celta. Tras trabajar con Amenabar creando la música para «Mar adentro» y colaborar con infinidad de músicos de muy diversas procedencias y géneros, en 2007 ha publicado «Cinema do mar» y ha trabajado para una película de animación japonesa. Hoy, actúa en Tolosa.

Anartz BILBAO | TOLOSA

Dentro del ciclo «Mundua Tolosan», el mar que compartimos acercará hoy al teatro Leidor al gallego errante Carlos Núñez, intérprete de gaita y música celta con el que charlamos de viajes y de «Cinema do mar», su último trabajo discográfico.

Acaba de regresar de Japón. ¿Podría explicar qué trabajo está realizando en aquel país?

En realidad, todos los años vamos a Japón, donde hemos ido creando un público interesante que se sorprende mucho por este tipo de música. Este año hemos realizado dos giras. El año pasado se nos acercó el director Miyazaki, de los estudios de animación Ghibli, que hicieron «El viaje de Chihiro», Oscar a la mejor película de animación en 2002. Nos propusieron crear la música para el filme «Gedo Senki» y en eso estamos. Tratamos de inventar una música celta del futuro con ellos, porque les encanta la electrónica y la informática musical y buscan siempre esa unión entre lo ancestral y lo más in, lo más moderno.

También ofreció un concierto especial para niños.

Nos propusieron hacer un concierto con ellos. Todos tocan flautas en la escuela, y montamos temas para tocar juntos. Fue muy interesante, porque los japoneses tienen un sentido del ritmo totalmente diferente al nuestro. Hasta los niños tocan con serenidad, con ceremoniosidad y templanza, aunque no sean más que macacos de seis u ocho años.

Háblemos de su último trabajo, «Cinema do mar».

«Cinema do mar» es la confluencia del disco que estaba preparando hace tres años y la aventura de «Mar Adentro». Estaba preparando, a petición de los franceses, un disco más universal. A los franceses les gusta buscar el denominador común de los humanos, la universalité. Quería buscar melodías del imaginario universal y traerlos hacia el mundo celta. Estaba grabando con gaita, por ejemplo, el «Bolero de Ravel», que era vasco, de Iparralde. Estando en esa línea, Amenabar me llamó para colaborar en «Mar Adentro». Le encantó la idea y me animó mucho, dándome ideas. Me dijo que no lo llevara por los sonidos clásicos, que debía intentarlo con «La Misión» de Morricone, etc. Así, en el disco la gente se encuentra con melodías universales de películas en clave celta y temas de las películas en las que hemos colaborado.

También ofrece un dvd con imágenes de sus viajes...

El formato cd se está quedando desfasado y el audiovisual es, cada vez más, el futuro de comunicación para la música. Hemos hecho una peliculilla con los detalles que grabamos con la cámara en multitud de viajes y, por medio de ello, la gente comprende mejor el disco y cómo surgen las ideas que contiene.

Colabora mucho con el cine. ¿Le seduce el medio?

Lo del cine es muy interesante. Mi primera experiencia fue en «La Isla del Tesoro», con los Chieftains. Tenía 18 años y me di cuenta del poderío del cine. De pronto, la música que grabas la reconoce mucha gente y se abren nuevos públicos. Además, me he propuesto que se respete a la música del cine, que tenga su reconocimiento. No me gusta la idea clasista de unas artes por encima de otras y la música abajo, acompañando.

Es una música que no tiene necesidad de cantantes ni líderes. Los músicos trabajamos en equipo, cosa que en otras artes no se lleva tanto. El mensaje de la música tradicional es anticompositor, antigenio. En la música tradicional, nada parte de cero, los paisanos saben muy bien que eso pertenece a todos, todo el mundo puso su pequeña nota.

 
«El disco no funcionará más como negocio, habrá que comer del directo»

Ha colaborado con infinidad de músicos.

La razón principal de colaborar con tanta gente es aprender. No tiene nada que ver trabajar con músicos de rock americano que con músicos de jazz, con clásicos, con flamencos o con Kepa Junkera. Ves sistemas de trabajo diferentes y aprendes mucho, si te planteas el disco para que comunique con la gente y no como negocio. Además se esta viendo que el disco no funcionará como negocio nunca más. En el futuro, la gente tendrá que aprender a hacer discos por amor al arte y habrá que comer con los conciertos.

¿Cómo ve la música celta hoy?

Creo que estamos en un momento muy interesante y que además está cambiando. Cuando yo empezaba a tocar de pequeñito, la música celta era Irlanda, Escocia y poco más. Galicia estaba reclamando ser parte de festivales celtas; después llegó Asturias... Cuando grabé con Kepa Junkera por primera vez en el 96, me di cuenta de que había una conexión fantástica. Después colaboré con músicos del otro lado de los Pirineos, de Iparralde, que tienen unas ganas enormes de colaborar con la gente del otro lado de los Pirineos y que me dicen que no se les hace caso. La música celta es hoy un género que bebe de las músicas tradicionales de diversos países, muchas nacionalidades, muchas culturas y lenguas diferentes.

A.B.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo