Comisiones bancarias, el abuso perdura
La confederación de cajas (CECA) ha dado a conocer datos de resultados que aunque todavía parciales son significativos. Parece que las alertas de crisis que emanan de los principales organismos financieros no han hecho mella en el balance correspondiente a los primeros nueve meses de 2007. Y aunque las cifras (7.590,7 millones de beneficio neto) suelen resultar a veces más significativas que los porcentajes, en este caso hay poco lugar a engaño: esas entidades ganaron hasta setiembre un 21,8% más, mientras que según los datos del Consejo de Relaciones Laborales (CRL), en ese mismo período los salarios crecieron un 3,64%. Sin duda, esa importante diferencia en la cuenta de resultados sitúa a unos y otros en posiciones también muy distintas para afrontar las inclemencias económicas del día a día, léase precio de la vivienda, tipos de interés, subida de precios... Pero más allá de las consideraciones sobre la capacidad de las cajas de acumular capital (la riqueza es un concepto diferente, sobre todo si se conjuga con criterios de reparto social más justo), hay un dato en el informe que remarca una malsana vocación lucrativa. En este caso sobre los usuarios: las cajas de ahorro, a las que se presume fines sociales, ingresaron cerca de 4.000 millones en concepto de cobro de comisiones a sus clientes.