¿Qué valoración hace de la actual campaña electoral?

Putin es cabeza de lista de Rusia Unida, donde figuran en buena posición 65 gobernadores, los alcaldes de todas las grandes ciudades... Monopolizan la televisión. En la calle reina el despotismo, las autoridades no nos dejan salas. Han renunciado a los debates televisados, lo que va contra la ley. Explotan la imagen de Putin y el «plan de Putin», que hasta la fecha nadie ha visto.

¿Qué opina del futuro de Putin?

Su papel dependerá de a quién proponen como presidente. En principio será una persona subordinada a él, pero nada es seguro. Putin es el ejemplo. Escuchó a Yeltsin durante un año o dos, pero luego ha hecho su política. Lo que está claro es que Rusia Unida culminará su transformación en la peor variante del PCUS, en un partido de funcionarios y oligarcas. El PCUS murió pero era más fuerte, como lo prueban la Revolución de Octubre, la victoria en la II Guerra Mundial y la conquista del espacio. ¿Qué decir de Rusia Unida, que se mantiene sobre un solo pie y está minada por la corrupción y dominada por los gorrones?

¿Qué expectativas tiene el PCFR?

Esperamos repetir el 22% que logramos en las locales en Krasnoiarsk (Siberia) en abril. Intentarán robarnos votos para encumbrar a Sergei Mironov (Rusia Justa) y a Vladimir Zirinovski (extrema derecha). Habrá falsificaciones de voto. Hay una loca carrera de los gobernadores para ver quién aporta más votos a Putin. De ello dependen sus puestos. La cifra está fijada: repetir los resultados de las últimas presidenciales (71.3% de votos para Putin) más uno o dos puntos como mínimo. En el Cáucaso, hay quien promete a Putin el 12% de los votos.