Hamas advirtió ayer a Israel y la Autoridad Nacional Palestina de que «todas las opciones están abiertas». «Todas las acciones de respuesta a actos criminales son posibles, sobre todo, después de la cumbre de Annapolis», afirmaron en un comunicado las brigadas de Ezzedine al Qassam.

En Annapolis se acordó aplicar «inmediatamente» la primera fase de la hoja ruta, un plan de paz internacional que habla de medidas «visibles» para impedir los ataques contra el Estado israelí y el fin de la colonización.

«La aplicación de tales medidas es inaceptable, sobre todo, si la Autoridad Palesina arresta a nuestros combatientes o confisca nuestra armas», consideró Hamas.

En este sentido, reiteró que responderá a cualquier tentativa de la Autoridad Palestina e Israel de reprimir a sus militantes. «Si eso se produce, equivaldría a una declaración de guerra entre nosotros y no nos importarán aquellas partes que quieren implementar las etapas de la hoja de ruta», insistió. Desde el domingo, el Ejército israelí ha matado a 12 milicianos palestinos.

El martes, miles de simpatizantes de Hamas se manifestaron en Gaza y Cisjordania contra la cumbre de Annapolis y cualquier diálogo con Tel Aviv. En este último territorio, un joven falleció en Hebrón durante una de las protestas que habían sido prohibidas.

Por otra parte, en el 60 aniversario de la aprobación por parte de la ONU de la partición de Palestina, Hamas exigió a este organismo que derogue la resolución 181 del 29 de noviembre de 1947.

Dejó claro que «Palestina es un único territorio y no se puede partir. Esa resolución permitió la partición de las tierras palestinas entre sus residentes árabes, que fueron expulsados por la fuerza y los judíos, y sionistas recién venidos». Subrayó también que con la cumbre de Annapolis, Estados Unidos «ha querido eliminar la causa palestina a fin de completar la conspiración contra nuestro pueblo».

«No reconocemos esa resolución internacional que niega los derechos y principios del pueblo palestino, entre ellos y el primero de todos, el derecho de los refugiados a regresar a su tierra y la creación de un Estado independiente y soberano cuya capital sea Jerusalén», incidió el movimiento islámico.