Lo publicado ayer por un diario deportivo en el que se afirmaba que Caparrós es partidario de buscar jugadores con raíces vascas en Argentina o Uruguay vino a ser la continuación de lo que había apuntado el utrerano durante una entrevista, dejando entreabierta dicha posibilidad, concedida el pasado el lunes a una televisión de ese mismo grupo editorial. Dejando a un lado lo que salió en papel, las declaraciones televisivas fueron un grave error. Caparrós, al igual que otros técnicos extranjeros o vascos que han pasado por Bilbo, ha opinado acerca de la filosofía. Pero resulta realmente sorprendente que alguien que apenas lleva seis meses en el club y que ha recibido un buen contingente de refuerzos deje caer estas cosas ahora. Más cuando el devenir del calendario podría dejar a su figura en una situación muy delicada antes del parón.

Visto como están las cosas, lo mejor sería no alimentar debates absurdos y centrarse en la preocupante realidad deportiva de estos momentos. Y es que da la sensación de que Caparrós, a pesar de sus declaraciones populistas, no ha terminado de engancharse al Athletic en toda su extensión. Lo idóneo sería que se asiente cuanto antes, no proponga experimentos y no se ponga a buscar apellidos. Ya que en caso de que al club le dé por rastrear el mercado internacional de entrenadores, igual los encuentra con mejores hojas de servicios.