NBA Protagonistas
Nueva Orleáns y Utah certifican las mayores sorpresas del Oeste
El trabajo táctico y la claridad de ideas de los entrenadores Jerry Sloan y Byron Scott y unos bloques equilibrados han aupado cuando pocos lo esperaban, a los Jazz y a los Hornets a las primeras posiciones de sus respectivas divisiones
Izkander FERNÁNDEZ | BILBO
Dos plantillas compensadas, dos entrenadores con solera y múltiples conocimientos sobre el juego. Nueva Orleáns Hornets y Byron Scott en un banquillo. Utah Jazz y Jerry Sloan en el otro. Sus respectivas propuestas figuran entre las punteras, tercera y cuarta, de una Conferencia Oeste donde se juega a muerte.
Ambos equipos coinciden, además, en que no poseen estrellas deslumbrantes, jugadores que necesitan acaparar tiros y flashes a partes iguales. Tanto en Utah como en Nueva Orleáns han sabido conformar equipos formados por hombres dispuestos a trabajar y a sufrir. Fuera comodidades y bienvenidos sean los resultados positivos.
Nueva Orleáns lleva camino de ser una ciudad importante dentro del deporte profesional estadounidense. En la NFL, liga de fútbol americano profesional, los Saints de Nueva Orleans volverán a aparecer en play offs una temporada más y sus vecinos en la liga de baloncesto, los Hornets, llevan camino de repetir el hito.
Byron Scott ha conseguido que su joven plantilla mire hacia el futuro con garantías. El ex jugador de los Lakers del showtime basa el éxito de su equipo en el juego de tres hombres, el base Chris Paul, el alero Peja Stojakovic y el pívot Tyson Chandler. Paul está consiguiendo algo realmente complicado cuando llegó a la NBA, convertirse en uno de los bases referencia de la competición. En lo que va de campaña Paul casi alcanza los 20 puntos y supera las diez asistencias por partido.
Descartados por otros
Chandler, por su parte, es uno de esos damnificados de las primeras elecciones en el draft de los Bulls. Uno de esos jugadores universitarios que cayeron en el Chicago post Jordan y que no pudieron brillar. Pero en Nueva Orleáns se ha convertido en un puntal del juego interior para Byron Scott, ofreciendo con ello el equilibrio necesario para que un equipo pueda aguantar arriba en una competición tan dura como la NBA.
El serbio Peja Stojakovic cierra la tripleta clave de los Hornets. Todo parecía servido para el alero cuando abandonó unos Sacramento Kings que olían a fracaso y reconstrucción. Tras su fugaz paso por otro equipo moribundo, Indiana Pacers, decidió volver al Oeste de la mano de Byron Scott. En el medio oeste, Stojakovic ha vuelto a reencontrarse con su baloncesto y vuelve a ser el jugador importante del pasado.
Cuando Stockton se retiró y Malone se marchó a los Lakers, todo parecía indicar que Utah Jazz decía adiós a una época dorada en la que habían contado para el anillo durante varias temporadas.
La palabra reconstrucción sobrevolaba el ambiente. Pero hubo un hombre que quiso resistirse a la leyenda. «No veo la razón por la que yo tenga que dejar este equipo», dijo Jerry Sloan, entrenador jefe de los Jazz durante las últimas 19 temporadas. Y se quedó.
Los Jazz vieron con buenos ojos la llegada del ruso Kirilenko en las primeras posiciones del draft. Tampoco le hicieron ascos al turco Okur. Pronto en Utah tenían una mini sucursal de la ONU.
Los Jazz se convirtieron en una colección de llegadas acertadas. A Kirilenko y Okur se les sumó Carlos Boozer, un durísimo y rocoso ala pívot que pasó casi desapercibido por Cleveland.
La última llegada fue la del base de la universidad de Illinois, Deron Williams. El número tres del draft del 2006 elevó el juego de los Jazz hasta tal punto que alcanzaron la segunda ronda de play offs tras deshacerse de los Rockets de Houston. En semifinales se cruzaron con los mortíferos Spurs de San Antonio. Este año vuelven a rayar a gran altura y ocupan la cuarta plaza del Oeste con 12 victorias y cinco derrotas.
I.F.
